Aniko Villalba, viajera y escritora, es una de las firmas famosas y reputadas en el mundo de los viajes en Argentina. Desde que empezó a viajar sola a los 21 años no ha parado, literalmente. Entre los años 2008 y 2018 vivió viajando mientras escribía en su bitácora online. Tras haber vivido en Francia, en 2020 vive en Ámsterdam, sin planes de moverse. Aniko Villalba ha dejado de publicar contenido en su web y dedica el tiempo a proyectos creativos que le gustan como escribir libros y dictar talleres de escritura y creatividad.
Has autoeditado tu primer libro y acabas de participar en otro proyecto muy interesante como es el libro «Viajeras» que acaba de ver la luz. Cuéntanos qué va a encontrar el lector en tu libro y por qué decidiste lanzarte a esa aventura.
«Días de viaje» es un resumen de mis primeros cinco años de vida viajera. El libro está escrito en un tono personal y es una recopilación de historias que me sucedieron viajando sola por América Latina, Asia, Europa y África.
Cuento, por ejemplo, acerca del día que cinco mujeres chinas de una etnia minoritaria me invitaron a tomar el té, el día que crucé de Colombia a Panamá en barco en plena tormenta eléctrica, el día que me fui de road trip con un grupo de curas filipinos, el día que me enfermé de dengue, entre muchas otras historias. Es, también, una especie de diario personal de una chica que quería dedicarse a viajar como estilo de vida y que encontró la manera de hacerlo.
Siempre me gustó escribir, y la primera vez que salí de viaje, a los 22 años, lo hice con el objetivo de relatar lo que me fuese ocurriendo en el camino. Este libro es el final de un proceso de escritura que mantuve durante cinco años, y sé que será el primero de muchos. Decidí hacerlo autoeditado porque creo en las publicaciones independientes y en la financiación colectiva: los lectores de mi blog me ayudaron a hacerlo realidad, lo que demuestra que cuando alguien lleva adelante un proyecto con pasión, el resto del mundo se suma para aportar su granito de arena.
Formas parte del elenco de «Viajeras», un nuevo manual hecho por mujeres viajeras para todas esas mujeres que no se atreven a viajar solas. Entre nuestros lectores, tenemos muchas mochileras que todavía no han dado ese paso por miedo. Desde tu experiencia, ¿qué les dirías? ¿realmente es tan peligroso que una mujer viaje en solitario?
Las mujeres viajeras tenemos muchas ventajas (y esto me lo han dicho muchos hombres que viajan solos): la gente local nos cuida mucho, somos las mimadas, nos ofrecen comida y lugar donde dormir. Tengo decenas de madres y hermanas sustitutas por el mundo. Al ser mujer, podemos generar un vínculo muy estrecho con las mujeres de otras culturas. Es cierto que corremos más riesgos que los hombres y que no podemos ir a todas partes (o sí, eso ya depende de cada una), pero viajar sola no es tan peligroso como lo pintan. Hay que ir con cuidado y haciendo caso a la intuición, pero en mi experiencia son muchísimas más las experiencias positivas. El mundo es un lugar mucho más hospitalario de lo que pensamos.
Aniko Villalba, ¿qué temas has tratado en tu capítulo?
Escribí tres capítulos: la introducción, el de ventajas y desventajas de viajar sola y el de seguridad. En la introducción intento animar a aquellas mujeres que sueñan con viajar pero tienen miedo a que dejen tantas dudas de lado y se lancen a conocer el mundo. En el capítulo de viajar sola analizo los pros y los contras de irse de viaje sin compañía o con una amiga (cada manera de viajar tiene una dinámica distinta, y elegir una u otra ya depende de cada chica y su personalidad). En el capítulo de seguridad doy consejos para sentirte segura en medios de transporte, estaciones y hostales, también doy algunos trucos para deshacerte de hombres pesados y digo qué hacer si la situación se pone peligrosa.
¿Recomendarías al menos una vez en la vida dejarlo todo para recorrer mundo?
Claro, pero no hace falta dejarlo todo: mucha gente cree que irse de viaje por el mundo equivale a abandonar todo (trabajo, amigos, familia, rutinas) y no es así, uno puede irse de viaje y llevarse el trabajo a cuestas, es decir buscar la manera de hacer lo que a uno le apasiona desde cualquier lugar del mundo. Para esto no hay fórmulas, así que hay que usar la creatividad y ver qué aporte puede hacer cada uno mientras se mueve de un lugar a otro.
¿Qué es para ti viajar? ¿Qué te aporta?
Viajar es una escuela para la vida. Me enseña cómo soy, cómo me comporto en cada escenario, qué tanto puedo dar de mí, qué situaciones tolero y cuáles no. Me enseña cómo es el mundo, cómo es la gente que vive en otros marcos culturales, me demuestra que somos iguales más allá de nuestras diferencias y que la hospitalidad es algo inherente del ser humano. Viajar me inspira a escribir, a comunicar, a contar historias. No veo otra manera de vivir esta vida que no sea viajando.
¿Un gran viaje es la semilla de muchos más viajes?
Creo que viajar es un camino de ida, una vez que te picó el bichito, no hay vuelta atrás, sobre todo cuando te das cuenta de que no es tan caro como uno piensa… Y si además lográs financiarte y hacer que el viaje se autosustente, ya está… No veo razones para volver.
¿Se puede ser viajero «nómada» y tener una vida digamos normal como la mayoría de gente? ¿O es una elección que lleva consigo otra forma de vivir muy diferente a la del resto de mortales?
Hay que ver qué entiende cada uno por «normal». 🙂 Un viajero nómada es, en mi opinión y experiencia, alguien que tiene una vida como cualquier otro, pero en movimiento. Yo también trabajo, también tengo amigos, también me enamoro, también me siento triste y alegre. La diferencia es que lo hago mientras voy de un lugar a otro, y eso hace que mis días no sean predecibles: cada día es una sorpresa (lo llamo «la rutina de la no-rutina»), muchas veces llego a un lugar sin saber qué voy a hacer, a quién voy a conocer, ni dónde voy a dormir, pero para mí esa falta de certezas me hace sentirme más viva y consciente de lo que me rodea.
He leído en tu blog que has pasado por un momento de hastío/cambio en tu forma de percibir el viaje, ya no importan tanto los check list sino vivir los lugares con pausa. «Me siento una escritora que viaja, más que una viajera que escribe». ¿Viajar cansa?
No sé si viajar en sí, a mí lo que me cansa es estar moviéndome demasiado rápido de un lugar a otro y eso de sentir «la obligación» de tener que conocer ciertos atractivos turísticos. A veces prefiero llegar a un lugar y dedicarme a caminar sin rumbo o sentarme en la vereda o parques a mirar a la gente, más que ir a «esos sitios que no debo perderme». Hacer turismo cansa mucho. Y despedirse cada tres días de la gente que uno va conociendo en el camino también es agotador (para el alma, más que nada). Por eso estoy en una etapa de desaceleración: quiero vivir un poco más en cada lugar, pasar un verano en un solo sitio y estar con la misma gente durante más días. Aunque eso digo ahora, pero igual en unas semanas me agarra la locura y vuelvo al movimiento.
¿Crees que vas a viajar toda la vida?
Es mi plan. Pero uno nunca sabe qué puede pasar en el medio.
Aniko Villalba, 10 cosas que no faltan en tu mochila.
No sé si llego a 10: cámara de fotos, cuadernos, computadora, un libro.
