Carmen Pérez del Olmo Teira (Torrelavega, Cantabria) no era de esas personas que llevaban años soñando con hacer grandes viajes o viajar de mochilera sola. Un buen día, por pura casualidad, descubrió que dar la vuelta al mundo siendo mujer no era algo imposible y decidió, no sin esfuerzo y mucha constancia, trabajar duro para hacer del viaje su forma de vida. Conocí a Carmen hace muchos años, creo que corría el año 2006 cuando decidí hacer realidad mi primer gran viaje a través de la ruta panamericana. Un día de ese año, o probablemente en 2007, recibí un mensaje a través de mi blog (rutapanamericana.com -germen de Mochileros TV). Era Carmen, recién acababa de abrir su primer blog en blogger y tenía las dudas que todos hemos tenido antes de dejarlo todo para emprender el sueño de recorrer el mundo. La vida, como nuestro planeta, ha dado muchas vueltas desde entonces. Años después me la encontré en FITUR, la feria de turismo de Madrid. Aquella mochilera con muchos sueños, dudas y aspiraciones se había convertido en una gran escritora de viajes y en una referencia de la blogosfera de viajes.
Carmen se define como viajera, periodista y escritora. Es amante de la Historia, por eso ahora estudia el Grado en Geografía e Historia (como no podía ser de otra manera en una seminómada, lo hace en la universidad a distancia). Su primer gran viaje fue dar la vuelta al mundo en solitario con 24 años, durante el que escribió un blog que recibió el Premio Bitácoras 2010 al mejor blog de viajes.
Después de trabajar en diversos medios de comunicación, redirigió su carrera hacia el mundo de los viajes y el turismo y ha conseguido ganarse la vida viajando (o no renunciar a seguir viajando al tiempo que se gana la vida). ¿Que cómo lo hace? Trabaja como redactora y editora freelance y además organiza y guía viajes alternativos a India y Nepal, países que siente como su segunda casa.
¿Qué te llevó a decidir dejar todo atrás para iniciar tu primer gran viaje?
Al contrario que otras personas a las que después he conocido, yo no llevaba años soñando con ello. Siempre me ha gustado viajar (mucho), pero no me había planteado la posibilidad de que alguien pudiera «dejarlo todo» e irse durante meses (de aquellas no leía blogs, y nadie en mi entorno había hecho nada parecido). Simplemente un día conocí, por pura casualidad, la experiencia de una chica que había dado la vuelta al mundo. Aluciné y me dije «¿Es posible? ¿en serio? Pues yo esto no me lo pierdo». Eso en lo que respecta a la parte personal, el viaje como experiencia vital, algo que podía haber quedado como un paréntesis antes de seguir «mi camino». Por otro lado, se daba la circunstancia de que en esos momentos estaba terminando la carrera de Comunicación Audiovisual, haciendo prácticas en un periódico y, al igual que tantos otros, aspiraba a trabajar de corresponsal en algún país lejano. Así que también vi en ello una posible salida profesional. «Si quiero dedicarme a escribir sobre viajes, lo que tengo que hacer es viajar y escribir. Nadie va a llamar a mi puerta.» Si no salía bien siempre estaba ahí la opción de volver al punto de partida, y el viaje no me lo quitaba nadie.
Mientras no viajas, ¿a qué dedicas el tiempo? ¿cuál es tu profesión?
VIAJAR CON SEGURO... ¿SÍ o NO?
Si vas a viajar por libre, lo mejor que puedes hacer es contratar un buen seguro de viaje. Mi recomendación es que contrates un seguro de Intermundial, la compañía más experta en seguros de viaje, con quien tendrás asistencia médica y todas tus necesidades cubiertas tanto antes de viajar como en destino.
Desde que emprendí mi primer viaje largo (hace casi seis años), no he parado de viajar. Viajes de muchos meses y otros más cortos, pero siempre estoy viajando. Me dedico a esto: a escribir sobre lo que veo en el mundo, y desde hace un par de años también organizo viajes y guío grupos en India, Nepal y Sri Lanka.
Tres lugares a los que regresarías siempre que pudieras.
Dos países: India y Palestina. Una ciudad: Jerusalem.
¿Recuerdas tu primer viaje?
He viajado desde que era un bebé, con mis padres, así que no recuerdo cuál fue mi primer viaje… Posiblemente Francia o Portugal, algún destino cercano.
«Si quiero dedicarme a escribir sobre viajes, lo que tengo que hacer es viajar y escribir. Nadie va a llamar a mi puerta»
Dijo Abraham Lincoln que lo importante «no son los años de tu vida sino la vida de tus años». ¿Estás de acuerdo con esta reflexión?
Por supuesto. Yo ya puedo darme con un canto en los dientes por todo lo que he vivido en los últimos seis años. Me considero una persona tremendamente afortunada.
5 cosas que nunca faltan en tu mochila.
Solo cuatro: pasaporte, tarjeta de crédito, cámara de fotos y una libreta. Todo lo demás es accesorio. Para poder trabajar suelo llevar el ordenador, aunque depende del viaje y su duración.
¿El momento más extremo/peligroso/extraño/paranormal que hayas vivido en tus viajes?
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Creo que la experiencia más especial que he vivido (aunque es posible que necesite tiempo para asimilarlo y mirarlo con objetividad, pues lo tengo muy reciente) ha sido en Larung Gar: un pequeño pueblo situado en la prefectura autónoma tibetana de Garzê, dentro de la provincia china de Sichuan. Si tengo que explicar lo que viví, no sabría decirlo. ¿Que «tuve una revelación»? ¿Que vislumbré (de lejos) el sentido de la vida? Por ahí van los tiros. Ni yo misma lo entiendo ni lo puedo explicar.
¿Cuál es tu próximo gran viaje soñado?
Tengo pendiente el África Subsahariana, y ese será (tiene que serlo) un viaje largo.
Hay gente que considera la aventura como unas grandes vacaciones. Estoy seguro de que en tus viajes has tenido, más de una vez, que tomarte un descanso. ¿Dónde decidiste tomarte un respiro para reponer fuerzas?
¡Tantas veces! Cuando viajas durante meses, cuando ese es tu modo de vida, no puedes mantener el mismo ritmo que en un viaje de 15 días. Yo viajo muy lento de por sí, pero además de tanto en tanto también necesito hacer una paradita para escribir, ponerme al día en temas de trabajo… y descansar.
«El amor es algo demasiado grande para dejarlo pasar. El mundo siempre estará ahí»
Una vez uno se embarca en un tipo de vivencia así queda infectado por el virus del viajero. ¿Qué sensaciones has tenido a tu regreso al llegar a lo que consideres tu hogar? ¿uno termina convirtiéndose en nómada para el resto de su vida?
No sé lo que le ocurrirá a otros, pero en mi caso tengo claro que mi vida es ésta. Mi hogar, Cantabria, solo es mi hogar porque es allí donde vive mi familia y donde tengo los recuerdos de mi infancia. En los últimos seis años puedo contar con los dedos de una mano el tiempo que he pasado allí. Sí aspiro, no obstante, a encontrar un lugar al que pueda considerar «mi» hogar, uno verdaderamente «mío», donde establecerme por temporadas aunque siga viajando. Eso también es necesario. Este año, por ejemplo, después de catorce meses casi sin parar, necesitaba de verdad hacer un alto. Un alto para descansar, para escribir, para tener una rutina y hacer todas esas cosas cotidianas que de viaje es difícil mantener, como estudiar, ir al cine, hacer deporte o quedar con los amigos.
Muchos se preguntan… ¿y el amor? ¿cómo es la vida sentimental de los viajeros?
La vida sentimental del viajero es complicada. Tan complicada como puede ser la vida sentimental de una persona que no se mueve de casa, con el agravante de las distancias. Si tu pareja no es tan viajera como tú o tiene un trabajo fijo que lo ata a una ciudad, imagino que es difícil de llevar, pero el caso contrario tampoco garantiza el éxito. Solía pensar que la clave estaba en encontrar otra persona que compartiese tu visión y modo de vida, pero incluso habiéndola encontrado hay que hacer que los caminos se unan. No hay nada de malo en hacer pequeños viajes en solitario, por supuesto (yo también los necesito), pero si pasáis más tiempo separados que juntos, si no «riegas la planta», como se suele decir, se marchita.
¿Encontraste a alguien en el camino que te hizo replantearte tu plan de viaje? ¿es posible enamorarse de viaje?
Sí, me he enamorado de viaje y he adaptado mis planes por ello. El amor es algo demasiado grande para dejarlo pasar. El mundo siempre estará ahí.
En tu relación de pareja, ¿qué os ha aportado el viaje a vuestra relación? ¿es importante encontrar los momentos de soledad para estar con uno mismo solo?
Viajar juntos durante un tiempo prolongado (es decir: vivir juntos las 24 horas del día, día tras día durante meses), une más que ninguna otra cosa. Viajando pasas por momentos muy buenos pero también por momentos malos (enfermedades, agotamiento, accesos de mal carácter cuando las cosas se tuercen y uno está cansado); si la pareja es capaz de sobrellevar esto, la relación se fortalece muchísimo; es una prueba de fuego. Los momentos de soledad son necesarios, para cualquier persona y por supuesto también para los viajeros. Viajar en pareja aporta muchas cosas positivas (hay momentos mágicos que se disfrutan infinitamente más con la persona amada a tu lado), pero si los miembros de la pareja ya habían saboreado las mieles del viaje en solitario antes de conocerse, no se puede renunciar a ello. Se trata de encontrar el equilibrio.
¿Qué cosas has aprendido viajando sola?
Que el mundo y las personas que lo pueblan son por naturaleza (con excepciones, claro) hospitalarios, y que los miedos (infundados) están solo en nuestra cabeza. Nunca me he sentido menos o más indefensa por viajar sola como mujer. Es cierto que en algunos países, por cultura, se nos puede exigir vestir de una determinada forma o tenemos vetado el acceso a ciertos lugares, pero también se nos abren muchas puertas a las que los hombres no pueden ni aproximarse. Creo que viajar sola siendo mujer es algo muy especial, un regalo.
Hay cientos de personas que no se han animado a viajar por multitud de dudas, miedos, inseguridades, presiones familiares, sociales… ¿Qué les dirías a esos soñadores que viendo tu aventura piensan que no son capaces de hacerlo o que eres un superhéroe?
Yo de superheroína no tengo nada. ¡Si quieres viajar, hazlo!
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Videoperiodista, documentalista y aventurero. Entre mayo de 2006 y junio de 2007 realicé uno de los grandes viajes de mi vida: la ruta panamericana. De esta aventura nace el documental “La costura de América” que narra este viaje en solitario de 45.000 kilómetros, realizado íntegramente por tierra y más de 11 meses desde Prudhoe Bay (Alaska) hasta Bahía Lapataia en Tierra de Fuego (Argentina). He trabajado como corresponsal de la Agencia EFE en la India y realizado decenas de reportajes sobre turismo, cultura y sociedad para el canal de televisión español Telecinco. En enero de 2014 estuve nominado en los Premios Goya con mi cortometraje documental "La Alfombra Roja" rodado en un slum de India y que lleva acumuladas más de 130 selecciones en festivales de cine de todo el mundo. Sigue mis viajes en mi blog de viajes o mis redes sociales: Twitter, Facebook, Instagram y LinkedIn