Vista desde la ventana del avión camino a El Salvador
¿Te imaginas viajar a Centroamérica? Sentir de nuevo ese cosquilleo de un gran viaje. Poco importa el número de kilómetros de vuelo acumulados a tus espaldas. Nervios y un equipaje por terminar estratégicamente dejado para última hora con las consecuentes prisas. La sensación fresca de descubrir un nuevo destino, y todos los recuerdos y memorias que se acumularán durante él siempre es especial, y más si te dicen: ¡vas a visitar lugares de interés en El Salvador! Son momentos en los que nos hacemos dueños del reloj, ese que nos pauta y nos limita cada día, para convertirlo en aliado. Y que ahora en vez de dirigir nuestras vidas, las siga documentando cada hora con infinidad de instantáneas.
Señora volando a El Salvador
Un nuevo viaje es como un sueño o quizás sea más correcto decir que los viajes están compuestos de sueños. Esos que vivimos una vez dormidos y a los que un día toca hacerlos realidad. Centroamérica, tan lejos y tan cerca. Sueños e historias lejanas de una zona en el mundo que tantas veces había señalado con el dedo en el mapa de mi habitación. Una deuda por cobrar. Y quiso la ironía que ahora a punto de embarcar, ese dedo pulgar que en su día marcaba El Salvador, conocido como “el pulgarcito de América” por su pequeño tamaño, estuviera más cerca que nunca. Tanto como a 8.500 kms y unas 12h de viaje.
Y así, cargando la ilusión de un nuevo viaje, me subí en un avión con destino a San Salvador para dejarme embaucar por un país que desconocía casi tanto como las ganas y la curiosidad por descubrirlo . Esa misma sana curiosidad y el interés que me acompaña desde pequeño por la historia, las raíces y la gentes de los lugares que visito, que afortunadamente todavía permanece intacta. Y por fin, tras viajar durante horas entre las nubes, San Salvador. Apenas cuatro días serían los que pasaría allí, pero pensaba aprovecharlos al máximo. Sin duda poco tiempo, pero suficiente para llevarse una buena impresión a través de esta experiencia en la que os enseñaré que ver en El Salvador, «el Pulgarcito de América» en una ruta de 4 días. Muchas cosas por experimentar y la belleza única de una tierra con el corazón muy grande, pero sobre todo un destino que lo tiene todo.
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QUÉ VER EN EL SALVADOR, “EL PULGARCITO DE AMÉRICA” EN UNA RUTA DE 4 DÍAS
Parque Nacional Cerro Verde
Sendero que lleva al volcán Santa Ana
A las afueras de San Salvador se encuentra el sector Cerro Verde, que forma parte del Parque Nacional de los volcanes. Allí llegamos para subir al volcán de Santa Ana. En Cerro Verde el clima es fresco, y aunque los mejores meses para visitarlo posiblemente sean de mayo a noviembre, cualquier momento es bueno para hacerlo. Durante el trayecto en coche o autobús no dudes en parar para deleitarte con las vistas del lago Coatepeque, de origen volcánico formado hace más de 2500 años.
Vista del lago Coatepeque
Una vez arriba, tendrás que tener en cuenta que por ley la caminata habrá de hacerse junto con alguno de los guía locales que se encuentran en la entrada. Hay varias opciones. Se puede realizar una subida de unos aproximadamente 10 kms durante unas 4 o 5 horas entre ida y vuelta hasta la cima del Santa Ana que, en los días sin niebla, promete unas vistas invencibles del valle y del volcán Izalco junto con su icónico cráter. Pero si tu intención es la de pasar un día en la naturaleza disfrutando del paisaje con un pequeño paseo, se puede realizar también una ruta más simple por uno de los senderos llamados “la ventana a la naturaleza”.
Beneficio de El Carmen
Elaboración de el café en el Beneficio de El Carmen
El Salvador me sabe a café. Pensé mientras apuraba el último sorbo de mi taza de Pacamara tras recibir una exhaustiva explicación sobre el proceso del café en la finca de El Carmen. El Salvador esconde para sus adentros uno de esos secretos que no muchos conocen y a la vez uno de sus mayores tesoros. Rico en naturaleza y en el calor de sus gentes, el país cuenta también con su oro negro particular en forma de café gourmet. Enmarcado en la tradición, la técnica de toda la vida y una orografía que favorece a su crecimiento, se cultiva una variedad única y muy reputada en el mundo: el Pacamara. El Pacamara, es un híbrido que surge de la mezcla de las variedades Pacas y Maragogipe a finales de los años 50, por parte de la familia Pacas y del instituto nacional Salvadoreño del Café. Por ello las fincas de café son también hoy lugares de interés en El Salvador para los amantes de esta bebida.
Café oro de la variedad Pacamara
A poco kilómetros de Concepción de Ataco se encuentra el Beneficio de El Carmen. Este negocio familiar de mucha solera realiza tours del café para conocer de cerca esta maravilla salvadoreña. Caminando por las instalaciones en seguida te das cuenta de que a la calidad del producto le sigue la inseparable tradición de su elaboración. Esa de sus máquinas de los años 30 que todavía funcionan a pleno rendimiento como el primer día. El resultado, un sabor auténtico que perdura a pesar del paso de los años. Un orgullo que con mimo y esfuerzo cuidan en El Salvador y nos regalan al mundo en forma de taza de café.
Concepción de Ataco y la ruta de las flores
Iglesia de el Calvario en Concepción de Ataco
Dicen que el tamaño importa, pero El Salvador se empeña constantemente en demostrarte lo contrario. A veces las cosas bonitas vienen en envases pequeños, y como ejemplo puedes realizar el precioso recorrido conocido como “ruta de las flores”. Entre los lugares de interés en El Salvador está este recorrido que va desde Sonsonate hasta Ahuachapán comprendiendo un total de 5 pueblos vivos que aúnan la belleza y la cultura del país: Nahuizalco, Apaneca, Salcoatitán, Juayúa y Concepción de Ataco. En el viaje no dio tiempo más que a la visita de este último.
El Ataco, como se le conoce cariñosamente, es una de esas joyas precolombinas que ver en El Salvador. Nos contaron que su nombre de origen náhuatl significa “lugar de elevados manantiales”. Pasear y perderse en el entramado de calles empedradas fue uno de mis momentos preferidos durante el viaje con estampas como la de la pequeña iglesia del Calvario. La villa es una especie de museo al aire libre en donde llama la atención el colorido de sus murales alrededor de todo el pueblo, decorado con alusiones a la cultura y tradición salvadoreña. Concepción de Ataco tiene fama de ser un destino mochilero y cada año son muchos los que llegan a este pintoresco y hermoso lugar de El Salvador.
Lugares de interés en El Salvador: Tazumal
Desde lo alto de la pirámide de Tazumal
El Salvador es historia pura. En él se pueden visitar ruinas arqueológicas tan importantes como las del complejo de la famosa pirámide de Tazumal. Situado en el corazón del municipio de Chalchuapa, a unos 80 kms de San Salvador, la pirámide de Tazumal data más o menos de año 1000 DC y vio pasar a nada más y nada menos que a 3 civilizaciones: los Olmecas, los Mayas y los Náhuatl Pipil (aquellos con los que se encontrarían los españoles a su llegada al nuevo mundo en esta zona de América).
Ruinas en el complejo de Tazumal
Son muchas las leyendas que planean sobre Tazumal, pero de entre los misterios y curiosidades destaca el de la piedra de los Olmecas que aparece expuesta en el complejo. En ella, pueden verse representadas algunos figuras de los diferentes estamentos de su cultura y una de ellas, la del sacerdote, aparece esculpida con un curioso bigote que recuerda a la apariencia de los vikingos. Y es que precisamente los vikingos llegaron a estas costas, pero el misterio radica en que la piedra en donde aparece la imagen data de 300 años antes de la llegado efectiva de estos. En Tazumal, además de la pirámide tolteca, se pueden ver tumbas y también el lugar donde tenía lugar el antiguo juego de pelota.
Las ruinas mayas de San Andrés y Joya de Cerén: La Pompeya de El Salvador
Pirámide de San Andrés
Las huellas de los mayas nos llevaron hasta otro de los lugares de interés en El Salvador: las ruinas mayas de San Andrés. Y es que si de algo puede presumir El Salvador además de naturaleza, es de historia. Este complejo arqueológico de unas 20 hectáreas se encuentra a unos de 30 kms de San Salvador y fue descubierto en 1940. Actualmente se cree que se trata del último reino Maya antes de la desaparición de la civilización allá por el 900 DC.
Alberto en recinto arqueológico maya de San Andrés
Por poner un símil, los mayas son los griegos de América, ellos desarrollaron muchísimas técnicas y procesos innovadores en aquella época y al igual que aquellos, no basaban su imperio en una capital. San Andrés se compone de un centro monumental y de una gran acrópolis en donde destaca una pirámide escalonada. Un auténtico lujo pasear por el recinto e imaginárselo en sus días de esplendor.
Ruinas de Joya de Cerén
Pero a tan sólo 3 kms de San Andrés está el que hasta el momento es un único lugar en El Salvador declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1993: Joya de Cerén. Este lugar conocido como la “Pompeya de América” fue una aldea maya que fue sorprendida por la erupción de un volcán Loma Caldera quedando sepultada. Este lugar es uno de los complejos arqueológicos más importantes de Mesoamérica, ya que el gran estado de conservación con el que llegó hasta nuestros días permitió conocer mejor la vida cotidiana de los mayas agricultores.
Suchitoto y el lago Suchitlán
Iglesia de Santa Lucía en Suchitoto
Y otro de los lugares de interés en El Salvador para no perderse es el encanto colonial de Suchitoto. Este pequeño pueblo de la época precolombina es famoso por la arquitectura colonial de sus casas. El plan aquí no es otro que el de perderse, para acabar maravillándose por completo. Pasear en el túnel del tiempo por su plaza mayor o del centenario en donde está uno de los principales intereses, la blanca iglesia de Santa Lucía es algo totalmente obligado, pero no lo es menos descubrir algunos de los lugares locales en donde preparan deliciosos platos típicos de la comida salvadoreña. En la Posada Suchitlán o la Casa 1800 son dos de los mejores y al típico sabor del país le agregan unas vistas únicas del lago para acompañarlos por el mismo precio.
Alberto en el lago Suchitlán
Y aunque ver el lago Suchitlán desde las alturas está bien, no hay perspectiva mejor como la de navegarlo. En el puerto de San Juan puedes subirte en una lancha motora y llegar hasta la isla de los pájaros, en donde cientos de aves migratorias paran en su camino desde el norte buscando tierras cálidas.
Niño admirando el panorama desde la Posada Suchitlán
En el pueblito se respira tranquilidad, y en el callejeo se puede ir observando la vida cotidiana de El Salvador y rescatando la imagen de algunas de las llamadas profesiones olvidadas. Como por ejemplo la de algunos artesanos, las técnicas de preparación de las pupusas o los índigos.
Artesano trabajando en Suchitoto
Profesiones «olvidadas» como los índigos
Proceso de elaboración del añil
Quizás mucho no lo sepan, pero El Salvador fue la capital mundial en la producción de tinte natural de añil a mediados del S.XIX. Un auge que duró hasta que empezaron a aparecer los primeros colorantes sintéticos. Al índigo o añil se conocen como las diferentes tonalidades de azul oscuro, y es por decirlo de forma sencilla un colorante natural. Este se obtiene macerando los tallos y hojas de ciertas plantas indigoferas en agua hasta obtener una pasta azul que se utilizará para teñir tejidos o como pigmento en la pintura.
Alberto mostrando su prenda teñida de añil
En Suchitoto visitamos el centro “Pájaro Flor” de los Índigos, en donde de la mano de la señora Irma López, conocí de cerca este proceso y no sólo eso, sino que tras la explicación también tuve la oportunidad de teñir mi propia prenda de la que según dicen, nunca se consiguen dos diseños iguales. Este grupo fundado en 2004 es una iniciativa para ayudar a mujeres de diferentes comunidades rurales y a su vez, para devolver a El Salvador una actividad económica de la que fue referente mundial. Estos son solo algunos de los lugares de interés en El Salvador pero son muchos más los que se pueden encontrar en este pequeño gran pulgarcito de América si vienes con más tiempo.
Videoperiodista, documentalista y aventurero. Entre mayo de 2006 y junio de 2007 realicé uno de los grandes viajes de mi vida: la ruta panamericana. De esta aventura nace el documental “La costura de América” que narra este viaje en solitario de 45.000 kilómetros, realizado íntegramente por tierra y más de 11 meses desde Prudhoe Bay (Alaska) hasta Bahía Lapataia en Tierra de Fuego (Argentina). He trabajado como corresponsal de la Agencia EFE en la India y realizado decenas de reportajes sobre turismo, cultura y sociedad para el canal de televisión español Telecinco. En enero de 2014 estuve nominado en los Premios Goya con mi cortometraje documental "La Alfombra Roja" rodado en un slum de India y que lleva acumuladas más de 130 selecciones en festivales de cine de todo el mundo. Sigue mis viajes en mi blog de viajes o mis redes sociales: Twitter, Facebook, Instagram y LinkedIn