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La vuelta al mundo a pie en cinco aƱos: Nacho Dean

En alguna ocasiĆ³n os hemos contado la historia de grandes mochileros Salva RodrĆ­guez que estĆ” dando la vuelta al mundo en bicicleta desde hace varios aƱos. Los hay que lo han hecho a pie (Nacho Dean), en moto, en furgoneta, a caballo, por etapas, en medios de transporte pĆŗblico y los mĆ”s avezados, que son pocos, se atreven a hacerlo a pie.

Es el caso del malagueƱo de 32 aƱos, Nacho Dean Mouliaa, diplomado en Publicidad y RR.PP por la Universidad Complutense de Madrid y TƩcnico en Medio Ambiente que el jueves 21 de marzo de 2013 parte desde Madrid a darle la vuelta al mundo y viajar a pie durante 5 aƱos.

Nacho Dean en su vuelta al mundo a pie

VIAJAR CON SEGURO... ĀæSƍ o NO?

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Nacho Dean ha logrado un hito Ćŗnico: es el primer espaƱol en dar la vuelta al mundo a pie. Esta singular hazaƱa le valiĆ³ sendas nominaciones en los premios Discovery Awards 2014 y el Princesa de Asturias 2015 en la categorĆ­a de la Concordia.

Earth Wide Walk: La vuelta al mundo caminando

Ignacio Dean, va a dar la vuelta al mundo y viajar a pie en cinco aƱos

Su proyecto Earth Wide Walk consiste en una vuelta al mundo a pie y en solitario en la que cruzĆ³ durante 5 aƱos los cinco continentes (Europa, Asia, Australia, AmĆ©rica y Ɓfrica), con un mensaje asociado de amor y respeto por la naturaleza y el planeta Tierra.

ĀæCuĆ”ntos kilĆ³metros hay en la vuelta al mundo?

Si pudiĆ©semos dar la vuelta al mundo por el ecuador -esa lĆ­nea imaginaria que divide el planeta en dos hemisferios- la longitud de esa Ā«aventuraĀ» serĆ­an 40.075 kilĆ³metros. Sin embargo, como eso no es viable hacerlo por tierra caminando, los kms de una vuelta al mundo pueden variar y depender de muchos factores: ruta elegida, trayectos y desvĆ­o, gustos del propio viajero, presupuesto… Algunos viajeros que han recorrido los 5 continentes lo cifran en torno a 150.000 kilĆ³metros.

Ā«Libre y salvajeĀ», el libro de Nacho Dean

Ā«Libre y salvajeĀ» es el libro de Ignacio Dean donde resume todas las aventuras que viviĆ³ en su periplo de 3 aƱos, 4 continentes, 31 paĆ­ses y 33.000 kilĆ³metros recorridos paso a paso. Dean gastĆ³ 12 pares de zapatillas. ViajĆ³ a pie. En solitario. Sin asistencia. Ininterrumpidamente. El libro resume con todo lujo de detalles la historia de la fascinante aventura del primer en dar la vuelta al mundo andando.

Rebajas Libre y salvaje: La gran aventura de la vuelta al mundo a pie (Zenith Original)
Rebajas La llamada del ocƩano: La gran aventura de unir nadando los 5 continentes...

Ā«El sentido de la vida es luchar por nuestros sueƱos, y este viaje nace de un sueƱo: dar la vuelta al mundo caminando. ĀæPor quĆ© a pie, y no en moto, en bici o en furgoneta? Porque, como dijo alguien una vez, yo querĆ­a el pastel entero y no solo una porciĆ³n, una aventura con mayĆŗsculas, mi canto a la vida y a la libertadĀ», afirma el aventurero malagueƱo.

En Mochileros TV hemos descubierto algunas historias hace aƱos como la de este mochilero que recorriĆ³ 8000 kilĆ³metros a pie, pero nada como la historia de Nacho Dean.

Durante su vuelta al mundo andando Ignacio Dean presenciĆ³ un atentado terrorista en Bangladesh, escuchĆ³ dingos aullando alrededor de su tienda de campaƱa en Australia, le intentaron asaltar con machetes miembros de las maras en El Salvador, estuvo frente a un rinoceronte en las junglas de Nepal, contrajo la fiebre chikungunya en MĆ©xico, probĆ³ la ayahuasca en PerĆŗā€¦ Un gran viaje inolvidable.

ExpediciĆ³n Nemo: unir los 5 continentes a nado

Nacho Dean nadador y aventurero en la ExpediciĆ³n Nemo

Pero, Nacho Dean no se ha quedado quieto. De carĆ”cter sosegado pero tenaz, este aventurero acometiĆ³ una nueva hazaƱa. DespuĆ©s de haber dado la vuelta al mundo caminando, tenĆ­a una Ā«deuda pendiente con los ocĆ©anosĀ». Tras mĆ”s de un aƱo de entrenamiento y 2.500 kilĆ³metros nadando, Nacho Dean se embarcĆ³ en la ExpediciĆ³n Nemo entre 2018 y 2019, un desafĆ­o que le llevĆ³ a unir los 5 continentes a nado para lanzar un mensaje de conservaciĆ³n de los ocĆ©anos.

expedicioĢn nemo infografia Nacho Dean

Ā«Vivimos en un planeta donde mĆ”s del 70% de la superficie estĆ” cubierta por agua. Todos los dĆ­as escuchamos noticias sobre la contaminaciĆ³n por plĆ”sticos, la pĆ©rdida de biodiversidad, la subida del nivel del mar por el calentamiento global. Sin embargo, el mar es el gran olvidado, hasta el punto en que llamamos Tierra a un planeta que deberĆ­a llamarse AguaĀ».

En este nuevo libro, Nacho Dean retoma el estilo Ć©pico y aventurero que desarrollĆ³ en su anterior obra para compartir con nosotros las lecciones que ha aprendido tras convertirse en el primer espaƱol en unir los 5 continentes a nado. AdemĆ”s, aborda temas como el liderazgo, la superaciĆ³n personal, la resiliencia y la gestiĆ³n de equipos.

Nacho Dean en el Estrecho de Gibraltar en su reto ExpediciĆ³n Nemo
FotografĆ­a: Guillermo PĆ©rez

Entrevista con Nacho Dean antes de su vuelta al mundo a pie

En Mochileros TV entrevistamos a Nacho Dean pocas horas antes de su partida y colaboramos periĆ³dicamente en la promociĆ³n de su vuelta al mundo andando con artĆ­culos firmados de puƱo y letra por este aventurero que nos cuenta sus peripecias desde allĆ” donde se encontraba.

Nacho, Āætienes alguna experiencia viajera previa a esta gran aventura?

He vivido en muchos sitios, aunque los Ćŗltimos 6 aƱos he residido en Madrid. Soy una persona aventurera, deportista y amante de la naturaleza pero, sobre todo, sensible y apasionado…no entiendo la vida si no es para luchar por tus sueƱos y, de esta actitud, nace este proyecto.

ĀæEsta vuelta al mundo a pie serĆ” tu primer gran viaje?

Viajar es una de mis pasiones y viajar a pie un reto. Hasta la fecha he viajado a 13 paĆ­ses, con una variedad de climas y culturas que van del desierto del SĆ”hara a Laponia, por encima del cĆ­rculo polar Ɓrtico, en invierno. He realizado a pie varias rutas de largo recorrido: GR11 transpirenaica, Kungsleden trail (Suecia), cuatro variantes del camino de Santiago (Norte, francĆ©s, primitivo y El Salvador, con mĆ”s de 2000 kilĆ³metros) y numerosas rutas y ascensiones en media montaƱa. Este es el primer viaje a pie de esta envergadura en el que me embarco.

ĀæEn quĆ© consiste el proyecto Earth Wide Walk?

Earth Wide Walk es una vuelta al mundo a pie en solitario que cruzarĆ” durante los prĆ³ximos 5 aƱos los 5 continentes (Europa, Asia, Australia, AmĆ©rica y Ɓfrica), que va a llevar asociado un mensaje de amor y respeto por la naturaleza y el planeta Tierra, nuestra hermosa casa, y comienza con la primavera.

Puede que haya gente que piense que eres deportista profesional, aventurero con grandes sponsors… ĀæCĆ³mo te has entrenado para emprender esta vuelta al mundo andando tan singular?

En cuanto al entrenamiento fĆ­sico, siempre me ha gustado mucho el deporte por lo que no he entrenado mĆ”s de lo que lo hago habitualmente. Para mĆ­ el ejercicio, ademĆ”s de una necesidad, es un juego y una diversiĆ³n, y lo tengo integrado en mi dĆ­a a dĆ­a como un hĆ”bito. Mis entrenamientos suelen consistir en 1 Ć³ 2 horitas de carrera (unos 20 kms), 3 Ć³ 4 de bici (unos 100 kms) y 1 Ć³ 2 de nataciĆ³n (4 Ć³ 5 kms) que voy alternando con los dĆ­as segĆŗn me va apeteciendo. Los dĆ­as que descanso suelo escalar, ademĆ”s de comer bien, dormir, hidratarme y estirar, que son igual de importantes que el ejercicio. La motivaciĆ³n mental la saco, sencillamente, porque estoy haciendo lo que quiero y me gusta, del apoyo de la gente que me rodea y de otras historias de esfuerzo y superaciĆ³n que hay en el mundo. De todas formas, ante un viaje tan largo no importa tanto la fortaleza fĆ­sica como la mental. Ambas se irĆ”n poniendo a prueba a lo largo de todo el recorrido.

ĀæCuĆ”ndo surge esta idea de viajar a pie y… hay un por quĆ© detrĆ”s de ella?

Esta idea surgiĆ³ hace un par de aƱos, pero no ha sido hasta hace unos meses cuando tomĆ© plena conciencia de que podĆ­a hacerse realidad y me puse manos a la obra para verla materializada.

DetrĆ”s de ella hay un canto a la vida, y la necesidad de aportar mi granito de arena para apostar por una nueva realidad y hacer del mundo un lugar mejor: creo que trabajando en la relaciĆ³n que la humanidad mantiene con la naturaleza y el planeta se pueden abordar muchos de los problemas que actualmente nos acucian y que no se pueden resolver con la misma mentalidad que los creĆ³.

A los que ya hemos viajado durante varios meses por el mundo siempre nos preguntan: Ā«Oye, Āæy de dĆ³nde sacas el dinero? Āætiene que ser caro dar la vuelta al mundo andando?Ā»

Al final viajar forma parte de la vida, y hay quien gasta mƔs y quien gasta menos. En general, reducir los gastos superfluos y tener amigos, contactos y gente que te abra sus puertas son dos factores importantes que hacen que tu viaje sea mƔs barato, a la par que largo e intenso. AdemƔs, siempre hay un conocimiento que uno va adquiriendo con la experiencia. Para este viaje he elaborado un presupuesto. Parte lo cubro con ahorros y colaboraciones de patrocinadores. Sin embargo, todavƭa hay una parte sin cubrir, por lo que estoy abierto a futuras colaboraciones de sponsors y organizaciones, asƭ como de particulares ilusionados con el proyecto que quieran ayudar a que se haga realidad.

Ignacio Dean en invierno dando la vuelta al mundo caminando

Dean ha calculado un presupuesto para este viaje de unos 60.000 euros reunidos entre patrocinadores, ahorros personales y empresas que apoyan el proyecto. Parte con mucha ilusiĆ³n y con el reto de avanzar cada dĆ­a una media de 30 kilĆ³metros. Ā”Buena suerte mochilero!

ĀæQuĆ© esperas de este gran viaje? ĀæEs tu primer gran aventura?

Con este viaje espero cumplir el sueƱo personal de dar la vuelta al mundo caminando, conocer numerosos paƭses, culturas y gentes, y aportar mi granito de arena para hacer del mundo un lugar mejor y mƔs respetuoso con la naturaleza y el medio-ambiente.

ĀæCĆ³mo vamos a poder seguir tu aventura?

La primera vĆ­a de difusiĆ³n y, por tanto, de seguimiento del viaje, serĆ” el propio camino, es decir, el itinerario por el que transcurra la marcha y en el que espero encontrarme con muchos de vosotros… Otro canal serĆ”n los medios de comunicaciĆ³n (tv, radio, prensa) con entrevistas y menciones a lo largo de la caminata. AdemĆ”s, hemos creado un blog: www.earthwidewalk.org con conexiĆ³n a las redes sociales (Facebook, Twitter y Youtube) donde irĆ© relatando mis pasos.

ĀæTienes miedo? ĀæQuĆ© sensaciones te generan los primeros momentos previos a tu partida?

Miedo, no. Tengo muchas ganas de comenzar a caminar, y las dificultades las integro como parte del camino. Lo que mƔs me va a costar es estar lejos de mi familia.

5 aƱos caminando. ĀæQuĆ© mete uno en ese carrito que serĆ” tu casa? DifĆ­cil elegir lo que se lleva y lo que no.

Voy a meter lo bĆ”sico y necesario: material de camping (tienda de campaƱa, saco de dormir y esterilla), comunicaciĆ³n (mĆ³vil, net-book, cĆ”mara de fotos y vĆ­deo y, mĆ”s adelante, un gps), alimentaciĆ³n (comida, agua, camping-gas y alguna parrilla), ropa (en funciĆ³n de la Ć©poca y regiĆ³n), kit de reparaciĆ³n del carrito, botiquĆ­n, documentaciĆ³n… Me ha llevado un tiempo organizarlo todo, buscando siempre ser prĆ”ctico y ligero.

Nacho Dean, cĆ³mo dar la vuelta al mundo a pie

ĀæEste viaje se ha forjado en alguna inspiraciĆ³n previa? Libros, algĆŗn escritor…

No especialmente, siempre he escuchado mi corazĆ³n y he seguido mis propios sueƱos, si bien es cierto que el mundo estĆ” lleno de historias de esfuerzo y superaciĆ³n muy inspiradoras.

Pregunta tĆ³pica pero no menos importante, ĀæquĆ© piensa tu cĆ­rculo cercano cuando les comunicas que quieres convertirte en un nĆ³mada?

Me he encontrado con reacciones de sorpresa, admiraciĆ³n, envidia, entusiasmo… Mi familia, aunque un poco reacia al principio por el peligro que puede entraƱar un viaje de este calibre, siempre me ha apoyado y ha estado ahĆ­ desde el principio.

Una cita de viaje: Ā«La suerte de vivir…la necesidad de luchar por tus sueƱos.Ā»

Un libro: Ā«Hojas de hierbaĀ» de Walt Whitman.

Una canciĆ³n que pueda definir el espĆ­ritu de Earth Wide Walk: Ā«One more cup of coffeeĀ» de Bob Dylan / Ā«Como el aguaĀ» de CamarĆ³n.

La vuelta al mundo a pie: crĆ³nicas de Nacho Dean

A estas alturas estamos seguros que ya tienes la respuesta a esta pregunta: ĀæQuiĆ©n fue el primero en dar la vuelta al mundo a pie? ConocĆ­ a Ignacio Dean mucho antes de de que esta gran aventura fuese una realidad. Y tuve el placer de poder compartir en tiempo real algunas de sus crĆ³nicas en primera persona durante esta vuelta al mundo andando. Disfruta de ellas.

Nacho Dean cumple un mes dando la vuelta al mundo a pie

Nacho Dean en Francia

Ā”Hola amigos! Hace un mes y medio que salimos de Madrid, del kilĆ³metro 0 de la puerta del Sol, y parece que hace ya aƱos de este viaje a pie. Al dĆ­a de hoy estoy en Aix en Provence, Francia, en casa de unos amigos, y en una semana calculo que entrarĆ© en Italia.

Ahora aprovecho para darme una ducha, comer bien y descansar en una cama caliente, detalles que, mientras en la ciudad estamos acostumbrados a ellos y casi no apreciamos, cuando uno estĆ” inmerso en un viaje tan largo se echan en falta. La verdad es que una buena alimentaciĆ³n, asĆ­ como el descanso, son dos factores bĆ”sicos para llevar a buen tĆ©rmino un viaje de esta envergadura y caracterĆ­sticas.

TambiĆ©n aprovecho para hablar, aunque suene extraƱo, desde que entrĆ© en terreno francĆ©s paso la mayor parte del tiempo solo y, cuando hablo con alguien es en francĆ©s, idioma en el que no me desenvuelvo muy bien. AsĆ­ que ahora, con amigos espaƱoles compartimos experiencias, idioma y risas, junto a algĆŗn merecido vino.

Una compaƱera asidua desde que salĆ­ de Madrid estĆ” siendo mi amiga la lluvia. De seis semanas que llevo en ruta, mĆ”s de 3 se las ha pasado lloviendo, pero ya me he acostumbrado. Con tener la piel seca y el cuerpo caliente puedo estar caminando muchos kilĆ³metros, al acabar el dĆ­a me cambio de ropa y problema resuelto. Incluso tiene su parte buena, la lluvia evita deshidrataciones, por lo que tienes menos sed y consumes menos agua que caminando bajo el sol abrasador. AdemĆ”s, gracias a ella el paisaje estĆ” verde y fresco.

Con tanto tiempo solo, tengo muchos ratos para pensar. Desde cuestiones tĆ©cnicas (material, visados, medios de comunicaciĆ³n…), escribir en mi cuaderno de viaje o echar de menos a la gente, son muchas las cosas que pasan por mi cabeza a lo largo del dĆ­a. Otras, sin embargo, no pienso en nada y me limito simplemente a disfrutar del paisaje y el momento.

Me encuentro fuerte, motivado y feliz. Es lo que tiene estar persiguiendo tu sueƱo y lanzando un mensaje tan bonito y necesario de amor y respeto por la naturaleza y el planeta Tierra. Creo que vivimos momentos necesarios, por motivos de sobra conocidos, para apostar por una nueva realidad, y este es mi personal granito de arena por un mundo mejor, y mi canto a la vida y a la libertad.

Y bueno, aprovecho para hacer un llamamiento a todos aquellos que se quieran venir a caminar unos dĆ­as, una etapa, un paĆ­s, asĆ­ como que quieran ofrecerme una ducha o un plato de comida…es un viaje abierto a todo el mundo y estarĆ© encantado de compartirlo con todos vosotros. AsĆ­ que nada, os mando un abrazo fuerte, espero que seĆ”is felices, y nos vemos en el camino. Ā”Hasta pronto!.

Nacho Dean

Earth Wide Walk: dos meses dando la vuelta al mundo a pie

Earth Wide Walk

Ā”Hola mochileros! Hace 9 dĆ­as se cumplieron dos meses de esta caminata que me llevarĆ” durante los prĆ³ximos aƱos a atravesar los cinco continentes y dar la vuelta al mundo caminando. La Ćŗltima vez que os escribĆ­ lo hice desde Aix en Provence, en Francia. Hoy lo hago desde Latisana, a escasos 50 kilĆ³metros de la frontera de Italia con Eslovenia, a la que calculo entrarĆ© en un par de dĆ­as si la lluvia me lo permite.

Muchas cosas han ocurrido en este Ćŗltimo mes, pues como digo, cada dĆ­a es una aventura repleta de anĆ©cdotas, tantas que a menudo se me olvidarĆ­an si no las fuera registrando en mi cuaderno de viaje. He pasado por los paseos marĆ­timos de la costa dā€™Azur, bonita pero demasiado ostentosa para mi gusto, repleta de mansiones y lujosos coches (Niza, cap dā€™Ail, MĆ³naco…), por la costa italiana de Liguria, mĆ”s humilde y autĆ©ntica con sus pueblos de pescadores y sus casas de colores (Ventimiglia, San Remo, Laigueglia, Finale Ligure…) hasta GĆ©nova, donde un grupo de amigos me recibieron calurosamente tras una etapa de 65 kilĆ³metros.

De ahĆ­, dejando atrĆ”s la costa, me adentrĆ© por el bello valle del rĆ­o Trebia, con sus verdes montaƱas y sus lindos rincones, dormĆ­ junto a rĆ­os, avancĆ© por estrechas y sinuosas carreteras y tuve el dĆ­a mĆ”s duro hasta la fecha: pinchĆ© tres veces debido a lo desgastadas que estaban las cubiertas de mi carrito, me quedĆ© sin parches, cayĆ³ una tormenta, incomunicado al quedarme sin baterĆ­a del mĆ³vil y sin comida por ser domingo y las escasas tiendas que habĆ­a en los pueblos que salpicaban el curso del rĆ­o estaban cerradas. Tuve que refugiarme en el porche de una iglesia en un pueblo abandonado y, al dĆ­a siguiente, acercarme hasta el siguiente pueblo inflando cada poco la rueda pinchada, donde pude recargar el mĆ³vil y llamar a mis amigos de GĆ©nova, quienes me trajeron parches y comida. En cuanto lleguĆ© a Piacenza cambiĆ© las cubiertas de mi carro y celebrĆ© asĆ­ mis dos primeros meses de marcha, unos 2000 kilĆ³metros.

Sapo en la carretera durante la vuelta al mundo de Nacho Dean

DespuĆ©s proseguĆ­ hasta Verona, hermosa ciudad en la que pasĆ© un dĆ­a entero, y continuĆ© hasta Vicenza y Treviso. Ayer dejĆ© atrĆ”s Portogruaro y, como os digo, en uno o dos dĆ­as me adentrarĆ© en tierras eslovenas a travĆ©s de Monfalcone. En la capital, Liubliana, me esperan dos amigas, alguna entrevista para algĆŗn medio de comunicaciĆ³n y, seguro, mĆ”s de un buen momento.

He atravesado MĆ³naco los dĆ­as anteriores al Gran Premio de F1, por lo que trascurrĆ­ por sus calles como quien camina por un circuito, curiosa sensaciĆ³n. Hace unos dĆ­as mi itinerario se cruzĆ³ con la Ćŗltima etapa del Giro de Italia, caminĆ© por carreteras desiertas que habĆ­an cortado para el paso del pelotĆ³n, pudiendo campar a mis anchas en medio de la carretera. En GĆ©nova me topĆ© con dos caminantes que venĆ­an con un carrito naranja desde RumanĆ­a rumbo a Tarifa, intercambiamos las palabras y abrazos tĆ­picos de los caminantes solitarios faltos de conversaciĆ³n. Me he refugiado en remolques de camiones, he dormido en viƱedos, he escuchado ruidos extraƱos de animales junto a mi tienda, me lavo los dientes en las fuentes de los pueblos, he pasado miedo en la noche bajo el resplandor de los rayos en mitad de la tormenta, estoy conociendo gente maravillosa y sigo hablando y cantando solo por los caminos y arcenes de las carreteras. La lluvia continĆŗa cayendo tenaz y persistentemente, buscando mellar mi tesĆ³n pero, como decĆ­a Bruce Lee, no puede llover eternamente…

Un abrazo, y hasta pronto.

Nacho Dean suma en Estambul 4.500 kilĆ³metros en 4 meses de viaje a pie

Nacho Dean dando la vuelta al mundo a pie

Ā”Hola mochileros! Os escribo desde Istanbul, ciudad a la que he llegado tras cuatro meses justos de caminata desde que salĆ­ de Madrid (21 de marzo-21 de julio), cuatro intensos meses para recorrer los cerca de 4.500 kilĆ³metros que separan ambas ciudades. Ahora estoy a las puertas de Asia, descansando unos dĆ­as, disfrutando de la visita de algĆŗn familiar, y aprovechando para poner el carrito a punto y actualizar la web y las redes sociales.

Desde la Ćŗltima vez que os escribĆ­, en Latisana (Italia), he recorrido Eslovenia, pequeƱo paĆ­s de 2 millones de habitantes del que me llevĆ© una grata sorpresa por la belleza del paisaje y la calidez de sus gentes. DespuĆ©s crucĆ© Croacia de oeste a este por una carretera cercana a la frontera con Bosnia con edificios bombardeados, fachadas de casas con restos de metralla de la guerra y campos minados.

De repente, cuando estaba entrando en Serbia, el tiempo cambiĆ³ radicalmente y empezĆ³ a hacer temperaturas de 40 grados, por lo que cambiĆ© el ritmo y caminĆ© varias noches a la luz de la luna. Me alojĆ© en casa de algĆŗn polĆ­tico, un mĆŗsico y, en general, conocĆ­ gente abierta y cercana que hicieron muy agradable mi paso por este paĆ­s. DespuĆ©s vino Bulgaria, se me partiĆ³ el manillar por la soldadura que le hice en Tovarnik (Croacia) e hice el segundo cambio de cubiertas a las ruedas del carrito (mĆ”s o menos cada 2.000 kms). Como os podrĆ©is imaginar cualquier problema tĆ©cnico cuesta ā€œun mundoā€ solucionarlo. EntrĆ© en TurquĆ­a por Edirne y, tras mĆ”s de dos dĆ­as entrando en esta enorme ciudad, lleguĆ© a Sultanhamet, en el corazĆ³n de Istanbul en pleno RamadĆ”n y con luna llena, mĆ”gico, tras justo 4 meses de caminata.

He aprendido algunas palabras en serbo-croata, bƔsicas para desenvolverme en los paƭses de la ex-Yugoslavia, a pesar del cirƭlico, y mantenido conversaciones con habitantes de estos paƭses a base de gestos. En concreto, recuerdo a dos ancianas con las que pasƩ media hora riƩndonos de la vida sin ellas saber espaƱol ni yo croata. De las 124 noches que me ha llevado alcanzar Istanbul, he pasado 78 en mi tienda de campaƱa, casi nada, algunas de ellas breado por los mosquitos. Me he gastado unos 1.000 euros, he tenido la suerte de recibir la visita de amigos y familiares en Sofƭa (Bulgaria) y Estambul (Turquƭa), y ya he tirado a la basura mi primer par de zapatillas.

He realizado entrevistas para medios de comunicaciĆ³n en Eslovenia. Tuve la suerte de aparecer en el telediario de la cadena pĆŗblica RTV SLO y la gente me invitaba a sus casas o me ofrecĆ­a cosas por la calle. TambiĆ©n en Serbia para la televisiĆ³n, asĆ­ como para prensa. Hace unos dĆ­as, ya en TurquĆ­a, me hicieron una entrevista periodistas de la Anadolu Ajansi y hemos aparecido en televisiĆ³n, prensa e internet. Igualmente, la acogida en redes sociales sigue siendo estupenda y el nĆŗmero de seguidores no para de crecer dĆ­a a dĆ­a. Para mĆ­ es una suerte poder dar a conocer este proyecto, asĆ­ como difundir un mensaje de conservaciĆ³n y respeto por la naturaleza y el planeta Tierra.

Sin embargo, y a pesar de que me guste mostrar la cara mĆ”s amable del viaje y la belleza de este mundo en que vivimos, el dĆ­a a dĆ­a no es nada fĆ”cil. Palizas diarias de 45 kilĆ³metros bajo la lluvia o el sol abrasador, ademĆ”s de lavar la ropa en fuentes, hacer la compra, cocinar en el fuego, arreglar pinchazos y dormir en el suelo dentro de mi tienda de campaƱa, sucio y sudoroso, todo aderezado con la inestimable compaƱƭa de mi inseparable soledad, se hace duro… pero pienso, es el camino que he elegido.

Mapa de la ruta de Nacho Dean por Europa

Ya Europa queda atrĆ”s y tengo la mente puesta en Asia, la prueba de fuego, como yo la llamo. Una vez hecho el rodaje, ahora afronto este gran continente con respeto y curiosidad, sabedor de que entran nuevas y difĆ­ciles variables en la ecuaciĆ³n: visados, enfermedades y culturas, climas y ecosistemas muy diferentes. Y nada mĆ”s empezar ya tengo tres ā€œpedruscosā€ a la vista: TurquĆ­a, IrĆ”n e India caminando, enormes retos dentro de este gran desafĆ­o que es dar la vuelta al mundo a pie. Pero que espero que con vuestro apoyo y Ć”nimo todo resulte mĆ”s liviano y el camino sea mĆ”s sencillo.

Porque si hay una razĆ³n que trasciende a todas las demĆ”s es la de contar una historia de valor y coraje para demostrar que no hay nada imposible y que no existen mĆ”s lĆ­mites que los que nosotros queramos asumir. Salir del hastĆ­o, el desencanto, y crear, esa es mi apuesta. Porque la educaciĆ³n y la cultura son un hechizo, sĆ³lo una de las maneras de percibir la realidad, pero las posibilidades son infinitas y tenemos en nuestras manos la oportunidad de vivir nuestra fantasĆ­a y apostar por un mundo mejor. Ā”AsĆ­ que este viaje, amigos, familiares y gente del mundo, va por ustedes!

Un abrazo y hasta pronto. Nacho Dean.

Earth Wide Walk, seis meses viviendo la experiencia de un viaje a pie

Earth Wide Walk, la vuelta al mundo a pie de Nacho Dean

Hola mochileros, ya ha terminado el verano, muchos habrĆ©is vuelto ya de vuestras vacaciones, los mĆ”s jĆ³venes habrĆ©is incluso empezado las clases, pero por aquĆ­ el paso de las estaciones no marca mĆ”s que un cambio en el tiempo…la aventura continĆŗa, tal vez mĆ”s cruda y solitaria, y hoy os escribo desde Goris (Armenia), a escasos 4 dĆ­as de la frontera con IrĆ”n, mientras ahĆ­ fuera cae una tormenta de Ć©poca.

La Ćŗltima vez que os escribĆ­ fue desde Estambul, ciudad a la que lleguĆ© tras justo 4 meses desde que salĆ­ del kilĆ³metro 0 de Madrid, con luna llena y en pleno RamadĆ”n, fin de mi caminata por Europa y puerta de paso a Asia. Tras atravesar el estrecho del BĆ³sforo, puse mi primer pie en el continente asiĆ”tico y pude sentir un cambio mĆ”s… cada vez me estaba alejando mĆ”s de mi casa, mi cultura, mi familia, mi hogar. Para mĆ­ Asia es la prueba de fuego, un continente de grandes dimensiones, culturas muy diferentes y duros ecosistemas para afrontar caminando. Sin embargo, y a pesar de todo, sĆ© que la fuerza, la motivaciĆ³n y el apoyo de la gente estĆ”n de mi lado. La fortuna me sonrĆ­e, el viento sopla a mi favor y yo quiero desplegar aun mĆ”s mi vela en esta gran caminata alrededor del mundo.

RecorrĆ­ la costa del mar de MĆ”rmara, tranquila con sus barcas y sus pescadores, adentrĆ”ndome por la D-100 en el interior de TurquĆ­a a travĆ©s de Esme, Sakarya, Duzce y Bolu hasta Gerede, donde se encuentra la bifurcaciĆ³n a Samsum y Ankara. Yo cogĆ­ la de la izquierda rumbo a Samsum, poblaciĆ³n en la costa del mar Negro, a travĆ©s de montaƱas y paisajes ligeramente Ć”ridos. Una vez alcanzada la costa, desaparecen los desniveles para dar paso al calor y a la humedad. No olvidemos que era pleno agosto cuando transitaba por esas tierras. Si bien la costa entraƱa mayor dificultad que el interior para acampar, te obsequia con algĆŗn baƱo y unos amaneceres y atardeceres preciosos.

A travĆ©s de la D-010 recorrĆ­ los pueblos que surcan la costa del mar Negro: OrdĆ¼, Trabzon, Rize, y alcancĆ© Arhavi, Hopa y Sarp, muy cerca de la frontera con Georgia. AprendĆ­ algunas palabras en turco, bĆ”sicas para desenvolverme, asĆ­ como de su cultura, historia y religiĆ³n. El Ćŗltimo dĆ­a tuve la suerte de conocer a unos pescadores que me invitaron a su casa a cenar Sargan (un pez de sabrosa carne) y a dormir, resultando ser una inmejorable manera de despedirme de este paĆ­s.

Georgia plantea un nuevo cambio, tras mĆ”s de un mes caminando por territorio turco. EntrĆ© en este paĆ­s de herencia soviĆ©tica a travĆ©s de Sarp y Batumi, poblaciones turĆ­sticas y libres de los cĆ”nones religiosos del paĆ­s anterior. Me alegrĆ³ ver la geografĆ­a montaƱosa y verde propia del CĆ”ucaso, a pesar del empeoramiento notable de sus carreteras y la dureza de los desniveles. Vacas en mitad de la carretera, camionetas, un paĆ­s eminentemente agrĆ­cola y ganadero, y de nuevo un idioma al que me tenĆ­a que acostumbrar. AscendĆ­ al alto de Goderzi (a 2025 mts) y, cuando lleguĆ© a la cima, me quedĆ© sin baterĆ­a en la cĆ”mara. No pude hacer fotos del paisaje mĆ”s bonito por el que pasĆ© en Georgia. Sin embargo, comĆ­ en una de las cabaƱas de pastores que hay en la cumbre, y ese recuerdo quedarĆ” para siempre en mi memoria.

DormĆ­ en los bosques con lobos y pasĆ© por pueblos donde sus habitantes llevan pistola… En 8 dĆ­as recorrĆ­ el sur de Georgia y alcancĆ©, tras Akhaltsikhe, Akhalkalaki y Ninotsminda, el lago Madatapa, que yace como aislado del mundo entre Ć”ridas montaƱas y vientos frĆ­os. Al echar una Ćŗltima foto antes de cruzar la frontera con Armenia a un rebaƱo pastoreado por una mujer a caballo, la mujer se acercĆ³ hasta mĆ­ cabalgando y estuvimos hablando en un idioma antiguo, el de los gestos y las miradas, durante unos instantes. Se llamaba Nerine. Entonces, crucĆ© la frontera.

Dos kilĆ³metros en tierra de nadie separan la frontera de Georgia y la de Armenia. No me gusta entrar en un nuevo paĆ­s al atardecer, prefiero hacerlo por la maƱana, asĆ­ tengo tiempo para cogerle el pulso y ver la atmĆ³sfera que se respira. Sin embargo, esta vez el sol estaba ya cayendo sobre el horizonte. Recuerdo que acampĆ© cerca de Bavra anocheciendo y recogĆ­ mi tienda temprano al amanecer y con un viento frĆ­o.

AvancƩ a travƩs de Gyumri y Mastara hasta la capital, ErevƔn, donde pasƩ una semana en casa de un espaƱol arreglando el visado para IrƔn, preparando el carro y realizando entrevistas para diversos medios armenios. A un lado queda Nakhijevan (perteneciente a AzerbayƔn), al otro lado de la cordillera el alto Karabakh, y mi itinerario trascurre entre montaƱas y poblaciones cada vez mƔs distanciadas.

Como os digo, hoy estoy en Goris. El tiempo ha empeorado notablemente, y son cuatro los dĆ­as que calculo me quedan hasta alcanzar la frontera con IrĆ”n. Muchas voces y opiniones distintas llegan a mis oĆ­dos respecto a este nuevo paĆ­s. Un visado difĆ­cil de conseguir y de apenas un mes de estancia para recorrer los cerca de 2100 kilĆ³metros que hay de un extremo a otro, un bloqueo bancario que impide sacar dinero del banco o recibir dinero a travĆ©s de Western Union o Money Gram, unas conexiones a internet bastante limitadas, una muy cercana guerra de Siria (con la reciente decisiĆ³n de intervenciĆ³n por parte de los EE.UU y aliados, siendo IrĆ”n aliado de Siria) y una geografĆ­a muy Ć”rida hacen mĆ”s difĆ­cil todavĆ­a la ya de por sĆ­ complicada tarea de cruzarlo a pie.

Como siempre, una vez mĆ”s, no me queda mĆ”s remedio que escuchar mi propio corazĆ³n, hacer acopio de valor, mirar hacia delante y confiar en mis fuerzas, en la bondad de la gente y en la buena suerte que hasta el dĆ­a de hoy me han acompaƱado…

Un abrazo, y hasta pronto.

Ignacio Dean

De Armenia a IrƔn y un gran salto hasta la India

Tienda de campaƱa de Nacho Dean

Ā”Hola mochileros! Mucho ha llovido, y no precisamente agua, desde la uĢltima vez que os escribiĢ, en el armenio pueblo de Goris, a apenas cuatro jornadas de la frontera con IraĢn. RecorriĢ los cerca de 150 kiloĢmetros que me restaban atravesando las duras pero bonitas montanĢƒas del sur del CaĢucaso, entre bosques pintados por la variedad de colores del otonĢƒo, amarillos, rojos, verdes y ocres, a traveĢs de las poblaciones de Shurnuhk, Kapan y Karajan.

Fue difiĢcil superar los desniveles entre el 10 y el 15% empujando el carro en las cuestas arriba y retenieĢndolo en las bajadas, pero la belleza del paisaje no soĢlo atenuaba mi cansancio, sino que me insuflaba fuerzas para seguir caminando, descubriendo nuevos y hermosos rincones de nuestro planeta, con esa energiĢa que siento cuando me hallo inmerso en la naturaleza. La niebla me acompanĢƒoĢ hasta el paso de Meghri, a 2535 metros de altitud, pasado el cual quedoĢ un cielo despejado y pude disfrutar del vuelo de las aĢguilas y las cimas de las montanĢƒas, que me deciĢan adioĢs rumbo a un paiĢs desconocido y que afrontaba con curiosidad y cierta tensioĢn.

AtraĢs quedaba Armenia, pequenĢƒa pero intensa, con una de las culturas e idiomas maĢs antiguos de la humanidad, castigada por las guerras, con duros paisajes (aridez y montanĢƒa) y en el que tuve la suerte de encontrar muy buena gente, algunos de ellos de LiĢbano y refugiados de la guerra de Siria. Desde aquiĢ les mando un abrazo fuerte y les doy las gracias por todo lo que hicieron por miĢ mientras estaba en ErevaĢn, habieĢndome hecho sentir como en casa y un miembro maĢs de su familia cuando yo estaba lejos de la miĢa.

Era un 24 de septiembre. El diĢa estaba bastante avanzado, sin embargo, no podiĢa reprimir las ganas de entrar en IraĢn. Pasado Meghri, y tras un par de horas inspeccionando mi pasaporte y el interior del carro, entreĢ mediada la tarde. Un visado en el que teniĢa puesta la mente desde que saliĢ de EspanĢƒa, la dificultad de su geografiĢa y el clima, la guerra de la cercana Siria, el bloqueo bancario y de internet, una cultura muy diferente a la miĢa y multitud de opiniones que llegaban a mis oiĢdos en uno y otro sentido haciĢan que afrontara este paiĢs con cautela. Todo esto junto provocaba en miĢ cierta inquietud.

Para maĢs colmo, tuve un encontronazo con el ejeĢrcito a los pocos minutos de entrar: la frontera es zona militar en la que estaĢ prohibido echar fotos, pero no pude reprimir las ganas de hacer alguna (no sabiĢa cuaĢndo volveriĢa a pasar por ahiĢ, y la verdad es que la frontera armenio-iraniĢ es espectacular), y me ā€œcogieronā€. Por unos instantes me vi de nuevo fuera del paiĢs, cuanto menos, sin embargo, pude solventar la situacioĢn y continuar milagrosamente mi marcha. Durante los 20 kiloĢmetros que transcurre la carretera junto al riĢo Aras y a la alambrada electrificada de la frontera auĢn tendriĢa alguĢn otro bis a bis con el ejeĢrcito y las autoridades, pero la situacioĢn se fue relajando hasta que, al segundo diĢa, sobrepaseĢ la poblacioĢn de Julfa y comenceĢ a adentrarme en IraĢn.

Earth Wide Walk, la vuelta al mundo a pie por IrĆ”n Poblaciones distanciadas y un territorio eminentemente aĢrido son las notas predominantes, circunstancias que se superan llevando buena cantidad de agua en el carro, pues hace ya varios paiĢses que evito beber del grifo o de los riĢos. Sin embargo, es inevitable hacerlo de vez en cuando.

AlcanceĢ Tabriz, tras pasar por Marand y Sufyan y encauzar la carretera E-32, mientras me iba acostumbrando a manejar la nueva moneda. La moneda iraniĢ es el rial (1 euro=40.000 riales), sin embargo, en vez de riales hablan de ā€œtumansā€ (1 tuman=10 riales), por lo que al principio es un liĢo saber el precio de las cosas, maĢs auĢn si el tendero habla en ā€œfarsiĢā€ (persa). Los precios son maĢs bajos que en EspanĢƒa (una botella de agua de 1 Ģ5 litros suele costar 7500 riales, y puedes encontrar una habitacioĢn de hotel desde los 300.000 riales), pero al ser tan barato uno corre el riesgo de gastar maĢs de la cuenta. Sin embargo, la gente es muy hospitalaria, y es frecuente que te inviten a dormir a su casa o a comer. Esto uĢltimo es algo que me sorprendioĢ gratamente, pues no teniĢa muy claro con queĢ gente me iba a encontrar. Ellos mismos te dicen que desde fuera se les considera terroristas, pero son gente amable y acogedora.

Tras Tabriz, reanudeĢ la marcha por una carretera plana que surcaba un valle ligeramente verde rodeado de aĢridas tierras y montanĢƒas. Los grandes desniveles pasaban a ser cosa de historia. PequenĢƒos pueblos de tierra y adobe iban quedando a ambos lados, muchos de ellos me daban la sensacioĢn de estar abandonados, hasta que veiĢa asomar a alguien por una de sus callejuelas.

LlegueĢ a Miyaneh, donde se me rompioĢ una varilla de la tienda de campanĢƒa al ponerla ya anocheciendo y con un viento fuerte. Tuve un encontronazo con unos chavales que me quisieron robar a la altura de Rajein. Sin embargo, en ese mismo pueblo, como posteriormente en Nik Pay y Hidaj tuve la suerte de ser invitado por varias familias muy hospitalarias a dormir en sus casas.

Nacho Dean en IrĆ”n Era la primera vez que entraba en una casa iraniĢ, y me llamoĢ la atencioĢn la diaĢfana estancia que tienen a modo de saloĢn, donde unos se sienta descalzo y en el suelo a tomar teĢ mientras conversa con los demaĢs hombres. El teĢ (cĢ§ai) es un elemento presente las 24 horas del diĢa, desde el desayuno con huevos fritos hasta la uĢltima hora de la noche. Lo toman trabajando, en casa, en las tiendas, ver a gente conduciendo y tomando teĢ en un vasito de cristal con un termo no es nada raro. Me llamoĢ la atencioĢn que el terroĢn de azuĢcar (gant), en vez echarlo al vaso y disolverlo con una cucharilla, se lo ponen en la boca y dejan que se vaya disolviendo con cada trago. A veces se paran a un lado de la carretera, echan una manta en el suelo a la sombra, y comen.

Las mujeres llevan todas sin excepcioĢn el pelo tapado con un panĢƒuelo, algunas todo el cuerpo con un atuendo negro que les deja soĢlo la cara a la vista. Y mientras a los hombres se les estrecha la mano, a las mujeres no estaĢ bien visto. Por lo general, se come con las manos usando unas hojas de pan (lavage) que se emplean para coger la comida del plato, a modo de pequenĢƒos bocaditos. Los cantos desde las mezquitas son menos frecuentes que en TurquiĢa, de hecho, apenas los escucheĢ en mi travesiĢa desde Agarak (en la frontera con Armenia) hasta TeheraĢn. Desde la revolucioĢn en que eliminoĢ la figura del Shah de Persia hace unos 30 anĢƒos, hay dos liĢderes, uno poliĢtico y otro muy por encima, el espiritual (actualmente encarnado en el Emam Khomeini). Y nombres como Ferdowsi o Hafez despuntan como poetas en una cultura muy rica e interesante.

LlegueĢ, tras tres semanas de caminata y maĢs de 840 kiloĢmetros, a traveĢs de alguĢn valle ligeramente verde pero territorios eminentemente aĢridos, a TeheraĢn, ciudad bulliciosa con un traĢfico muy ajetreado en el que abundan las motocicletas y en el que para cruzar la calle hay que tirarse praĢcticamente entre los coches. AlliĢ estuve alojado en casa de mis amigos Pari y Freydoun, bastante ocupado gestionando visados para los siguientes paiĢses. Sin embargo, pude conocer algo de esta ciudad de maĢs de 11 millones de habitantes y lugares bonitos e interesantes como el Golestan Palace, el parque Shahr, la Milad Tower, Darband o las elevadas vistas sobre la ciudad desde Tochal. Las ceĢntricas calles Valiasr, Fatemie, Shariati, Enghelab o Beshesti acabaron siendo lugares por los que pasaba a diario y las arterias que utilizaba para llegar casi a cualquier punto de la ciudad, fuera la plaza Vanak, Tajrish al norte, la Emam Khomeini Square al sur o cualquiera de las embajadas.

Por falta de tiempo en mi visado, a pesar de que tramiteĢ una extensioĢn extra en la que soĢlo me dieron dos semanas, no pude realizar la segunda parte del itinerario que teniĢa pensado hacer en IraĢn, y tuve que volar desde TeheraĢn a India evitando por aire AfganistaĢn y PakistaĢn, nada recomendables por cuestioĢn de seguridad. AsiĢ que desde hace un par de diĢas estoy en Nueva Delhi, una verdadera jungla, preparando el itinerario que durante los proĢximos meses me llevaraĢ a recorrer parte de este paiĢs, asiĢ como Nepal y Bangladesh. El viaje vuelve a dar una vuelta de tuerca maĢs, y factores como la malaria, el dengue y la fiebre tifoidea entran en juego, muy a tener en cuenta sobre todo al ir caminando y atravesar muchas zonas rurales. AdemaĢs, el invierno se acerca y me cogeraĢ cerca del Himalaya, en Nepal, paiĢs cuyo sur estaĢ poblado de extensas junglas con tigres, elefantes y rinocerontes en las que acampar, o simplemente pasar caminando, supone un gran riesgo. En fin, vamos a ver coĢmo se va resolviendo este panorama en el que espero tener toda la suerte que se merecen lo valientes.

Un abrazo fuerte y, si alguien se anima a hacerme companĢƒiĢa, ya sabe doĢnde estoy.

Nacho Dean

Caminando desde EspaƱa hasta la cima del mundo

EarthWideWalk-India-carretera-Lucknow

Ā”Hola mochileros! Os escribo desde KatmandhuĢ, capital de Nepal, ciudad a la que llegueĢ hace un par de diĢas tras una etapa de 70 kiloĢmetros. La uĢltima vez que os escribiĢ fue desde Nueva Delhi, mientras trataba de aclimatarme a la nueva atmoĢsfera que se respira en esa ciudad… Estuve 3 diĢas gestionando mi visado a Nepal, ponieĢndome alguna vacuna que teniĢa pendiente, adaptando mi material y botiquiĢn para este nuevo escenario y al cuarto diĢa me puse en marcha rumbo al noreste.

Tanto mi estancia en Delhi como la salida de esta ciudad fueron bastante duras, por no calificarlas de infernales. Tanto, que tardeĢ dos semanas en empezar a disfrutar mi paso por este paiĢs. Una miseria galopante, mucha suciedad en los nuĢcleos urbanos y un traĢfico insoportable llenando el aire de humo y ruido (pues no saben conducir si no es tocando el claxon: ā€œblow hornā€ dicen ellos) hicieron muy difiĢcil fiĢsica y mentalmente cada uno de los diĢas de estas dos primeras semanas. AdemaĢs, me estuve metiendo palizas de 40 y 50 kiloĢmetros diarios para tratar de cuadrar poblaciones con alojamiento, por lo que fui acumulando una fatiga que hicieron que casi todos los diĢas acabara con dolor de cabeza y rozara el ponerme malo.

CruceĢ las poblaciones de Hapur, Shimbhawali, Moradabad, Bareilly, Shajahanpur, Sitapur y Lucknow a traveĢs de la regioĢn de Uttar Pradesh, al norte de la India. Los alojamientos son bastante baratos, tal que por pocos euros tienes un techo y un grifo en el que lavar ropa y asearte tras la jornada de camino, aunque a veces no sean lugares muy higieĢnicos. PequenĢƒas ciudades concurridas, repletas de coches, bicicletas, taxis, camionetas, vacas, perros, puestos ambulantes, basura por los suelos que se quema de vez en cuando en pequenĢƒos montones, humo, olor a incienso y templos hinduistas son la toĢnica del paisaje a lo largo de la NH24, carretera por la que transiteĢ estas dos primeras semanas. Pero a partir de Lucknow cambioĢ mi suerte.

EarthWideWalk-India-Ramhan Un diĢa me cogioĢ la noche sin haber alcanzado ninguna poblacioĢn ni haber encontrado un alojamiento. Ya me veiĢa toda la noche caminando hasta encontrar uno, cuando un hombre me preguntoĢ queĢ llevaba en el carro. Le conteĢ mi historia y resultoĢ ser el sirviente del director general de la policiĢa IC de Uttar Pradesh, Mr. Udayan Parmar, quien me proporcionariĢa alojamiento esa noche y durante varias noches maĢs en los diĢas siguientes en cuarteles de la policiĢa. AdemaĢs, a partir de entonces comienzo a transitar por la NH29 y pequenĢƒas carreteritas, maĢs tranquilas, con arceĢn y atravesando pequenĢƒas aldeas y poblaciones rurales. AsiĢ proseguiĢ mi andadura, seguido por ninĢƒos que saliĢan corriendo de sus cabanĢƒas al verme pasar, o escoltado por gente en bicicleta daĢndome conversacioĢn durante algunos kiloĢmetros por el arceĢn de la carretera, a traveĢs de Faizabad, Basti, Mehadawal y Campierganj, jungla, macacos, aldeas con cabanĢƒas, cultivos y arrozales hasta Sunouli, en la frontera con Nepal. La uĢltima noche la paseĢ a escasos 500 metros de la frontera, contento por estar ya tan cerca de un paiĢs al que teniĢa ganas de llegar y conocer desde que saliĢ de EspanĢƒa.

Earth Wide Walk-Nepal1

AsiĢ pues, el 22 de noviembre atravesaba la frontera entre India y Nepal a traveĢs de la poblacioĢn de Sonauli y me dirigiĢ a Lumbini, ciudad natal de Buddha Siddharta. Esta ciudad es candidata a ser capital mundial de la Paz, lo que hace que muchos paiĢses budistas hayan decidido construir en ella un templo y que por sus calles puedas ver un alto nuĢmero de monjes budistas, siendo un atractivo destino para descansar e ir cogieĢndole el pulso a la atmoĢsfera de este nuevo paiĢs.

Tras Lumbini avanceĢ hasta Butwal, donde aparece la bifurcacioĢn al norte hacia Pokhara y hacia el este a Chitawn. Mi intencioĢn en principio era subir a Pokhara y luego a KatmandhuĢ, pero al ser maĢs largo el recorrido opteĢ por coger el desviĢo a mano derecha, hacia el este. TardeĢ tres diĢas en alcanzar Narayanghat, Sauraha y el parque Natural de Chitwan donde vi rinocerontes, anacondas, varanos y cocodrilos. Luego fueron otros tres diĢas los que me llevoĢ alcanzar la capital, siempre por una carretera en constante ascenso remontando curso arriba el riĢo Narayani, unos 150 kiloĢmetros en 3 diĢas, con una etapa de 70kms. cuesta arriba el uĢltimo diĢa.

Desde entonces llevo un par de diĢas en la capital, como siempre, allanando mi camino para los meses posteriores, haciendo entrevistas y tramitando alguĢn visado. He visitado mientras tanto los templos de Swayambhunath, Boudhanath (la estupa maĢs grande de Asia) y la plaza Durdar con sus caracteriĢsticos templos hinduĢes, ademaĢs del ceĢntrico y turiĢstico barrio de Thamel repleto de tiendas de artesaniĢa y empresas de deportes de aventura desde las que te saludan con el caracteriĢstico NamasteĢ.

EarthWideWalk-Nepal-KatmandĆŗ Estoy contento de estar en Nepal en apenas 8 meses y medio desde que saliĢ de EspanĢƒa, si bien es cierto que el viaje cada vez se vuelve maĢs difiĢcil y exige mayores dosis de fortaleza fiĢsica y mental. AdemaĢs, el invierno y las navidades estaĢn ya cerca, y hay que mantener a raya a la soledad y la morrinĢƒa, esas malas companĢƒeras con las que hay que aprender a convivir. Ahora tengo la mirada puesta en Bangladesh y en los paiĢses venideros de Asia oriental: Tailandia y Malasia, mientras voy aprendiendo que el viaje evoluciona y se mueve como una onda que sube y baja, a veces arriba y otras abajo, como el propio terreno con sus llanuras y montanĢƒas, como un rayo de luz, hay diĢas pletoĢricos y otros maĢs flojos, unos maĢs coĢmodos y otros inmerso en penurias, pero toca salir a caminar en todos, sin excusas…

9 meses de caminata en solitario y 11.000 kms hasta Bangladesh

Ā”Hola mochileros! Os escribo desde Dhaka, la capital de Bangladesh, ciudad a la que llegueĢ justo el 31 de diciembre para celebrar el fin del 2013 con buen pie, tras maĢs de 9 meses de caminata en solitario, haber atravesado 14 paiĢses y cerca de 11.000 kilĆ³metros en mis piernas. Y digo ā€œcelebrarā€ a tiĢtulo personal, pues Bangladesh es un paiĢs eminentemente musulmaĢn y, salvo unos fuegos artificiales que pude oiĢr esa noche, la Nochevieja es algo que no se celebra. AdemaĢs, hay una situacioĢn poliĢtica algo convulsa, por lo que a las 8 de la noche recomiendan no transitar por las calles de Dhaka.

AbandoneĢ KatmanduĢ en torno al 10 de diciembre tras haber aprovechado para descansar, renovar algo de material (Nepal es un paiĢs barato con buena oferta en material de montanĢƒa), conocer la ciudad y obtener mi visado de traĢnsito de India para cruzar un estrecho corredor de 100 kms. a traveĢs de este paiĢs y que separa Nepal de Bangladesh. AdemaĢs, estos diĢas que paro y disfruto de conexioĢn a internet, suelo trabajar tambieĢn: actualizar contenidos en redes sociales, realizar alguna entrevista, responder mensajes y, en especial, dar los uĢltimos retoques a una campanĢƒa de crowdfunding en indiegogo.com que estaĢbamos preparando y que sacamos hace unos diĢas para recaudar fondos.

El visado de traĢnsito tiene una duracioĢn de 15 diĢas desde el diĢa en el que te lo expiden, dentro de los cuales puedes pasar 3 en India. Este requisito me obligoĢ a caminar con cierta presteza y sin interrupcioĢn desde KatmandhuĢ hasta Kakkarvitta, en la frontera de Nepal con India y, posteriormente, desde Kakkarvitta hasta Changrabandha, punto de paso de India a Bangladesh. RecorriĢ una pequenĢƒa carretera interior en Nepal desde Dhulikhel hasta Bardibas y Dhalkebar, con alguĢn tramo ā€œoff-roadā€ en construccioĢn, y paisaje de montanĢƒa duro y bonito, atravesando pequenĢƒas aldeas con cabanĢƒas y gente paciĢfica. A partir de Dhalkebar retomeĢ la ā€œautopistaā€ de Nepal que recorre el sur del paiĢs de este a oeste. CruceĢ el gran puente sobre el riĢo Sapta Koshi, bordeeĢ la Wildlife Reserve de Koshi Tappu y alcanceĢ Kakkarvitta a los 12 diĢas de salir de KatmanmdhuĢ… me quedaban todaviĢa 3 para atravesar ese estrecho corredor de 100kms a traveĢs de India y que me separaban de Bangladesh. Dejaba atraĢs Nepal con cierta morrinĢƒa, pues teniĢa un visado de 3 meses de los cuales soĢlo habiĢa disfrutado uno. AdemaĢs, sitios como Pokhara o alguĢn trekking por el Himalaya quedaban en la lista de ā€œlugares pendientes de visitarā€, pero el hecho de tener el visado de Bangladesh desde TeheraĢn y el visado de traĢnsito para India fueron los responsables de que tuviera que darme cierta prisa.

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Era la segunda vez que me adentraba en India en este viaje. La primera vez lo hice por Delhi y Uttar Pradesh. Esta vez era la regioĢn de Darjeeling la que veriĢan mis ojos en mi avance hacia Bangladesh, entre plantaciones de teĢ. El paso de Fulbary era el que me quedaba maĢs cercano, sin embargo, al estar soĢlo abierto para indios y bengaliĢes, tuve que caminar hasta el de Changrabandha y adentrarme en Bangladesh por Burimari. Pasado el rudimentario control de la frontera, apenas unos puestos de madera y una barrera de bambuĢ, poniĢa mi primer pie en Bangladesh ante la curiosa mirada de gente que se acercaba a miĢ y me rodeaban atraiĢdos por el carro. El viaje continuaba, y esta vez era un paiĢs completamente nuevo y desconocido para miĢ.

La primera noche la paseĢ en una guesthouse de Burimari llamada ā€œSome timesā€, y al diĢa siguiente apenas avanceĢ unos kiloĢmetros hasta Patgram. Los diĢas anteriores me habiĢa dado unas buenas palizas, y teniĢa el propoĢsito de tomarme con maĢs calma estos diĢas. Ahora, Bangladesh es un paiĢs bastante pobre, maĢs en las zonas rurales, por lo que os podreĢis imaginar en queĢ tipo de lugares me vi obligado a pernoctar al finalizar de cada etapa. Por poner un ejemplo graĢfico, lo de cambiar las saĢbanas es algo que no se estila mucho, y alguna manĢƒana me levanteĢ acribillado por los chinches.

Los primeros diĢas camineĢ por pequenĢƒas carreteras sin traĢfico, entre aĢrboles, aldeas y plantaciones de patata y tabaco. Perfecto, ideal para descansar y disfrutar del camino. NinĢƒos que saliĢan de sus cabanĢƒas corriendo al verme pasar, siguieĢndome con las bicis, tratando de hablar conmigo y hacieĢndome todos las mismas preguntas: ĀæCuaĢl es mi paiĢs?, ĀæcoĢmo me llamo? y ĀæqueĢ es eso? (refirieĢndose al carro). Cada vez que paraba en un sitio a comprar una botella de agua o a comer arroz con pollo, un corro de gente se formaba en torno a miĢ…hay que tener algo de paciencia, relajarse y asumir que es asiĢ. Son buena gente, paciĢfica, curiosa y simpaĢtica, respetuosa y hospitalaria, con ganas de aprender y relacionarse con la gente de fuera.

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A partir de Rangpur abandono las carreteritas tranquilas y cojo la N5 hasta la capital, a traveĢs de poblaciones cada vez mayores conforme me voy acercando a Dhaka, como Pirganj, Bogra, Sherpur y Sirarganj. Atravieso el gran riĢo Jamuna a traveĢs del ā€œBangabandhu bridgeā€ inmerso en la niebla y sin posibilidad de hacer unas buenas fotos. Poco despueĢs me enterariĢa de que este riĢo baja con muy poco caudal. Bangladesh estaba surcado por los riĢos hasta hace unos anĢƒos, riĢos provenientes del Himalaya. Sin embargo, en la parte alta, a su paso por India, se recoge mucha agua y estos llegan con menor caudal a las tierras de Bangladesh. TambieĢn coincide que estoy atravesando estas latitudes en la estacioĢn seca, es decir, en invierno, afortunadamente para miĢ no llueve estos meses y, consecuentemente, los riĢos llevan tambieĢn menos caudal.

En Bangladesh hay seis estaciones, una estacioĢn cada dos meses. A las cuatro que conocemos en Europa, hay que anĢƒadirles los monzones (julio-agosto) y un otonĢƒo tardiĢo que distinguen entre un otonĢƒo temprano (septiembre-octubre) e invierno (enero- febrero). Gracias a estos monzones hay una exuberante y variada vegetacioĢn entre la que destacan las plantaciones y cultivos, las plataneras y un bambuĢ con infinidad de usos, desde la construccioĢn de cabanĢƒas a infinidad de inventos e ingenios muy curiosos y llamativos con los que los habitantes de las aldeas se facilitan la vida.

Actualmente hay una situacioĢn algo inestable en el paiĢs. Para el 5 de enero habĆ­a convocadas elecciones, sin embargo, la oposicioĢn (BNP) no se presenta hasta que el gobierno no realice una serie de cambios en la ConstitucioĢn. Esto provoca enfrentamientos en las calles y zonas rurales entre partidarios de uno y otro bando que ya se han cobrado maĢs de 100 viĢctimas. El otro diĢa viviĢ una situacioĢn algo peligrosa debido a estas tensiones.

Earth-Wide-Walk-Nepal-Bangladesh-8 Iba en ā€œrishaā€ (rickshaw), las bicicletas-taxi que surcan la ciudad, en companĢƒiĢa de mi amigo Kamrul por una de las grandes avenidas. Los coches, motos y autobuses circulaban con normalidad, a nuestro lado pasaba una camioneta con policiĢa armada con fusiles, y en el otro sentido desfilaba una manifestacioĢn en pro del gobierno cuando, de repente, empezaron a caer explosivos provenientes de ninguĢn sitio llenando la calle de humo y ruido, y provocando una estampida de gente, los coches reculando marcha atraĢs para abandonar la zona, la policiĢa cargando sus fusiles y tratando de descubrir de doĢnde caiĢan los artefactos, y yo encima de una risha maĢs lenta que el caballo del malo con mi amigo tratando de salir de ahiĢ. Yo estaba preocupado, inmerso en apenas unos instantes en una situacioĢn en la que no sabes muy bien coĢmo reaccionar. Al final, conseguimos alejarnos, hasta que volvioĢ la calma y pudimos acercarnos de nuevo a la zona. Eran explosivos llamados coĢcteles inofensivos, soĢlo humo y ruido, lanzados por simpatizantes de la oposicioĢn en moto con la uĢnica finalidad de causar miedo. Pero claro, yo no sabiĢa eso, y por unos instantes legueĢ a temer por mi integridad.

Por lo demaĢs, Bangladesh y, en concreto Dhaka, es un paiĢs con una poblacioĢn estupenda, abierta y generosa. Tuve la suerte de que unos estudiantes se pusieron en contacto conmigo para ofrecerme techo y comida los diĢas que estuviera en la capital, y he conocido de su mano la ciudad, algo de su historia, cultura y costumbres. He conocido la figura de Bangabandhu, el movimiento Shabhagh, el World Literature Center con interesantes iniciativas culturales, el museo de la liberalizacioĢn, el Independence monument entre otros… He realizado entrevistas para perioĢdicos de Bangladesh (Kalerkantho y Bonikbarta), praĢcticamente todos los diĢas me han invitado o bien a comer o a cenar, nos hemos hecho fotos, la gente veniĢa a conocerme impresionados por la gesta, yo me sentiĢa abrumado y pequenĢƒo ante gestos y detalles tan bonitos, y he pasado unos momentos muy buenos de los que me va a costar despedirme. Es una poblacioĢn en la que palpitan las ganas de un Bangladesh nuevo, culto y abierto, libre de dictaduras y tiraniĢas, y con un gran futuro. Una poblacioĢn de maĢs de 160 millones de habitantes con una gran cantidad de gente joven asiĢ lo augura.

Yo, por mi parte, sigo con este viaje, un viaje muy largo en pro de la naturaleza y el planeta Tierra en el que, a pesar de que la mayoriĢa de los gastos los cubro de mi propio bolsillo, estos se van acumulando, por lo que cualquier contribucioĢn por pequenĢƒa que sea seraĢ bienvenida. Os dejo el enlace de la campanĢƒa de Crowdfunding en Indiegogo que hemos sacado, para todos aquellos que queraĢis ayudar a que esta vuelta al mundo se siga haciendo realidad.

Un abrazo, Ā”y os deseo un feliz AnĢƒo repleto de suenĢƒos, alegriĢas y sonrisas desde Dhaka!

Tailandia, unas merecidas Ā«vacacionesĀ» en mi vuelta al mundo

Earth-Wide-Walk-Tailandia

Ā”Hola mochileros! ĀæQuĆ© tal fue el invierno? Os escribo desde Sungai Siput (Malaysia) a un dĆ­a de Ipoh, de camino a Kuala Lumpur. Por la cercanĆ­a con el Ecuador, aquĆ­ el frĆ­o es algo que no se deja notar. Temperaturas que rondan los 40 grados durante el dĆ­a con bastante humedad hacen que este aƱo prĆ”cticamente no haya sentido el invierno. Los dĆ­as mĆ”s frĆ­os fueron allĆ” por octubre, cuando atravesaba las expuestas llanuras sin vegetaciĆ³n de IrĆ”n y vientos helados provenientes de Siberia y el mar Caspio, tras los montes Albors, me obligaban a caminar bien abrigado.

Ahora, si bien camino todavĆ­a con manga larga, es para cubrir mi piel de los rayos solares y evitar quemaduras y el tan temido cĆ”ncer, muchas horas/dĆ­as/aƱos expuesto a la intemperie y hay que tomar precauciones, crema del factor 50 y a veces incluso me cubro tambiĆ©n cabeza y cuello con un paƱuelo. Ropa a ser posible holgada y de algodĆ³n para eludir rozaduras, ya que suelo realizar unos 45 kilĆ³metros diarios de media y hay zonas del cuerpo que con el sudor, el roce y la humedad corren el riesgo de irritarse, como la cara interior de los muslos o las axilas. Y, por supuesto, la mĆ”xima higiene posible, necesaria para evitar que una simple rozadura o picadura de mosquito se infecte y se conviertan en herida y una molestia. Como os podrĆ©is dar cuenta, hasta el mĆ”s mĆ­nimo detalle es importante, y hay que estar atento y cuidarlo.

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La Ćŗltima vez que os escribĆ­ fue en Dhaka, la capital de Bangladesh, paĆ­s del que me despedĆ­a con cierta morriƱa tras haber vivido unos dĆ­as intensos y en muy buena compaƱƭa. Suele ocurrir que, cuanto mĆ”s pobre es un paĆ­s, los gestos de generosidad cobran una mayor dimensiĆ³n y se aprecian mĆ”s, es lo que llamo ā€œcompartir en la escasezā€, o gente que teniendo muy poco te lo da todo. Guardo muy buenos recuerdos de mi paso por ese paĆ­s y contacto con bellas personas que me abrieron las puertas de sus casas y corazones. Al estar cerradas las fronteras de ese paĆ­s con Myanmar, el siguiente paĆ­s en mi itinerario, a mi pesar tuve que coger un aviĆ³n hasta Bangkok, la capital de Tailandia. Y la diferencia es notable, por decirlo de algĆŗn modo y salvando las diferencias, Tailandia es un paĆ­s mĆ”s ā€œoccidentalā€, cĆ³modo, limpio y ordenado. Es fĆ”cil comprar agua o sacar dinero del banco, la comida es saludable y los precios baratos (la moneda tailandesa es el ā€œBathā€. 1 euro = 40 baths). AdemĆ”s, es un importante destino turĆ­stico, avanzado tecnolĆ³gicamente, con una gran influencia de China y de religiĆ³n budista, lo que le conferĆ­a un aire de merecidas ā€œvacacionesā€ a mi larga travesĆ­a alrededor del mundo, y ya avanzando los Ćŗltimos miles de kilĆ³metros por este segundo continente: en cierta manera, iba poniendo la mente en el paso a Australia.

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En Bangkok estuve una semana conociendo la ciudad, visitando numerosos sitios como el Gran Palace, el Chao Phraya river, el Wat Saket, Chinatownā€¦ y reanudĆ© la marcha hacia el sur del paĆ­s algo presuroso, pues el visado es de 30 dĆ­as y me quedaban 24 para recorrer cerca de 1000 kilĆ³metros. A partir de ahora la trayectoria de mi ruta pasaba de ser ā€œhacia el esteā€ para ser eminentemente ā€œhacia el surā€. ĀæQuĆ© significa esto?, que me va a dar el sol en la cara todo el dĆ­a, desde que sale por el este hasta que se pone por el oeste. Si a esto le sumamos el calor que hace por estas latitudes y el que refracta el asfalto, tenemos que a mediodĆ­a la carretera se convierte en una autĆ©ntica plancha de freĆ­r, y mis pies son los primerosā€¦ En estos paĆ­ses hay dos estaciones, seca (invierno) y hĆŗmeda (monzones). Yo hice mis cĆ”lculos para llegar en la seca, ahora, estoy bebiendo cerca de 5 litros diarios de agua, es decir, que camino todo el dĆ­a con una botella de agua en la mano.

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Fui avanzando hasta Cha Am, donde me reencontrƩ de nuevo con el mar, amigo al que no veƭa desde Sarp, en la frontera de Turquƭa con Georgia, allƔ por el mes de agosto. Bandas de monos macaco de cola larga, plantaciones de palmeras (destinadas al famoso
aceite de palma) y de Ć”rbol de la goma (de los que recogen el lĆ”tex practicĆ”ndoles una incisiĆ³n en el tronco), templos budistas y puestos de comida a ambos lados de la carretera son la tĆ³nica durante estos primeros dĆ­as. Generalmente comen arroz, pescado y fruta. Hay una dieta rica y variada, pero ā€œchillyā€, es decir, picante. A mĆ­ me gusta el picante, pero poco, que me deje saborear la comida. Por el contrario, muchas veces acababa con la boca ardiendo y bebiĆ©ndome una botella de agua ya para desayunar des par de maƱana. Frutos como el mango, la papaya, la piƱa, la sandĆ­a y el famoso y maloliente durian son fĆ”ciles de conseguir.

ProseguĆ­ hacia el sur tratando de aprender alguna palabra de tailandĆ©s y de esta nueva cultura, mientras Myanmar quedaba a mi derecha, al otro lado de las montaƱas. ComencĆ© de nuevo a acampar (pues ni en India, Nepal ni Bangladesh lo hice) lo que dio pie a varios episodios curiosos. Un dĆ­a, al caer la tarde, puse la tienda en las famosas plantaciones del Ć”rbol de la goma. Era la primera vez que acampaba en Tailandia. Mosquitos, serpientes, oĆ­a ruidos que no sabes si pertenecen a aves o a monos, ademĆ”s, con la oscuridad la imaginaciĆ³n se exacerba. Bien, resulta que es por la noche cuando vienen los operarios a practicar esa incisiĆ³n en el tronco del Ć”rbol y a recoger el lĆ”tex con potentes linternas, pero yo no lo sabĆ­a. AsĆ­ que hacia las 3 de la maƱana me despierto con varios focos apuntando a mi tienda y hablĆ”ndome en un idioma que no entiendo: la policĆ­a con varios de los operarios. Les explico quĆ© hago ahĆ­ acampado y me dejan seguir durmiendo, cosa que ya no hice mucho mĆ”s, pues a las 6 amanece, recojo el campamento y me pongo en marcha.

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Otra noche se me llenĆ³ la tienda de hormigas y me despertĆ© en mitad de la madrugada por el cosquilleo y el picor. Se colaron por un pequeƱo agujero en el suelo de la tienda y me tocĆ³ ā€œbarrerlasā€ hacia un rincĆ³n, ir aplastĆ”ndolas y tirarlas en montoncitos fuera, operaciĆ³n que repetĆ­ varias veces y con la que, aĆŗn asĆ­, no conseguĆ­ eliminarlas a todas. Esa noche tampoco dormĆ­ mucho. Como os podrĆ©is imaginar ni el descanso es ā€œflexā€, ni la alimentaciĆ³n es ā€œcomo en casaā€, ni la higiene es la idĆ³nea. No queda mĆ”s remedio que ir acostumbrĆ”ndose y adaptĆ”ndose a las circunstancias, te vas endureciendo y te sorprendes de lo que puedes rendir a pesar de estar alejado de las comodidades. Las Ā¾ partes de la humanidad viven en la pobreza y realizan trabajos muy duros con una alimentaciĆ³n y un descanso muy justos.

Cedric
Cedric

Como destino turĆ­stico que es, coincidĆ­ en sus carreteras con varios viajeros cruzando el paĆ­s en bicicleta, incluso hasta uno andando, CĆŖdric, un francĆ©s que quiere ir caminando de Singapur a Francia. Siempre alegra encontrarte viajeros fuera de los cauces normales, te hacen sentir un poco menos solo y compartes con ellos por unos momentos penurias, alegrĆ­as e informaciĆ³n que puede ser Ćŗtil. De hecho, hacia Chumphon, Tha Chana y Lamae iba pensando por quĆ© lugar cruzarĆ­a la frontera con Malaysia. Pero el saber que en las provincias del sureste del paĆ­s hay grupos de islamistas radicales reivindicando la independencia mediante bombas, atentados y violencia, junto con el hecho de que en esas fechas recibĆ­ la invitaciĆ³n de un espaƱol en Langkawi a pasar varios dĆ­as en la isla, hizo que definitivamente me fuera orientando hacia el oeste. Y asĆ­ fui recorriendo los Ćŗltimos kilĆ³metros de mi travesĆ­a por Tailandia por Thung Song, Trang, Palian y La Ngu hasta Satun y el puerto de Tammalang, donde el 6 de febrero, el Ćŗltimo dĆ­a de mi visado, cogĆ­ un ferry y atravesĆ© por mar la frontera entre Tailandia y Malaysia rumbo al archipiĆ©lago de Langkawi, un precioso conjunto de 99 islas de gente encantadora y naturaleza exuberante. Pero esa es otra historia, y os la contarĆ© en la prĆ³xima crĆ³nica.

Un abrazo fuerte, disfruten de los suyos y sean felices.

Nacho Dean

Malasia, un aƱo dando la vuelta al mundo a pie

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Ā”Hola mochileros! Un nuevo texto de mi pluma, un nuevo paiĢs bajo mis pies y muchas aneĢcdotas, aventuras y personas nuevas en mi corazoĢn, en lo que ha sido ya mi decimosexto paiĢs: Malaysia. EntreĢ un 7 de febrero proveniente de Tailandia a traveĢs del Tammalang Pier, en SatuĢn, rumbo al archipieĢlago de Langkawi, precioso conjunto de 104 islas situadas en el estrecho de Malacca y banĢƒadas por el mar de AndamĆ”n en el que paseĢ una semana. RecibiĢ la invitacioĢn por internet de un chico llamado ReneĢ, y estuve alojado en su barco, un velero blanco llamado ā€œLittle Doā€ fondeado en el puerto del Royal Yacht Club, acostumbraĢndome a lo que es vivir en una casa que se mueve. Mientras tanto, de la mano de Vijay, uno de los mejores guiĢas turiĢsticos de la zona, pude conocer los rincones maĢs bonitos e interesantes de Langkawi, asiĢ como aprender de su cultura, historia y costumbres.

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VisiteĢ el Cable Car y pude disfrutar de las maravillosas vistas desde uno de los puntos maĢs altos de la isla. ConociĢ el Under Water World, un centro con miles de especies marinas. Me banĢƒeĢ en el lago interior de la isla Dayang Bunting Marble. Di de comer a las aĢguilas marinas. ComiĢ la sabrosa barracuda preparada con salsa de pimienta y el rico Nasi Lemak envuelto en hoja de plaĢtano, tome agua de coco viendo atardecer desde la playa de Pantai Cenang, me picoĢ un jelly fish banĢƒaĢndome de noche en el mar a la luz de la luna, realiceĢ entrevistas para el perioĢdico Harian Metro y la cadena de televisioĢn RTM1, conociĢ gente estupenda y poco me faltoĢ para volar como el aĢguila roja, siĢmbolo de la isla como reza la tradicioĢn (Lang=aĢguila, Kawi=roja) si hubiera tenido alas. Un lindo rincoĢn del mundo, que estaĢ perdiendo su riqueza natural por culpa de un turismo cada vez mayor. Era mi merecido descanso para ir finalizando un largo y difiĢcil continente, pero todo lo bueno se acaba y teniĢa que ponerme en marcha.

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El 15 de febrero volviĢ a la peniĢnsula de Malaysia y retomeĢ la marcha rumbo hacia el sur. Nada maĢs abandonar Kuala Perlis, en uno de los ribazos de la carretera, vi un animal grande arrastraĢndose entre la maleza y desapareciendo. Me parecioĢ un cocodrilo, y me preocupoĢ cuando llegara la hora de acampar. Pero no era un cocodrilo, hablando con la gente local me dijeron que eran varanos, que habiĢa muchos en esta zona y pueden llegar a medir dos metros de longitud. Bueno, me tranquilizoĢ algo, pero no mucho, soĢlo cambiaba de nombre el animalito. Y asiĢ, a traveĢs de Alor Star, Bedong y Butterworth llegueĢ a Penang. Etapas de 50 kiloĢmetros con mucho calor y bebiendo cerca de 5 litros diarios de agua. Algunas noches las paseĢ preguntando en las casas si me dejaban a campar en su jardiĢn, teniendo la suerte de recibir una acogida calurosa, familias que me acababan invitando a cenar y desayunar.

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Cuando llegueĢ a la altura de Penang teniĢa dudas sobre si detenerme y visitar esta ciudad, o continuar la marcha rumbo a Kuala Lumpur. Recuerdo que ese diĢa cambieĢ varias veces de opinioĢn sobre la marcha, varias personas me habiĢan recomendado conocerla, asiĢ que finalmente tomeĢ la decisioĢn de desviarme un poco y pasar en ella un par de diĢas. Ciudad de gran historia e influencia inglesa al haber sido colonia durante largo tiempo. Casas coloniales, templos hinduĢes y budistas, iglesias cristianas, mezquitas aĢrabes, el barrio chino…conforman la arquitectura variada de esta bonita ciudad. AdemaĢs, pinturas callejeras de Ernst Zacharevic y una rica gastronomiĢa pusieron la guinda a unos fantaĢsticos y breves diĢas en Penang. Por suerte, pude realizar tambieĢn una entrevista para el perioĢdico malayo en ingleĢs de mayor tirada: The Star, por lo que mucha gente ya empezaba a conocerme y a saludarme desde los coches querieĢndose hacer fotos conmigo.

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ProseguiĢ hacia el sur atravesando las pequenĢƒas poblaciones de Bagan Serai, Taiping y Sungai Siput hasta Ipoh. Al poco de pasar Ipoh, en Kampar maĢs concretamente, pregunteĢ en la iglesia si me dejaban acampar en el jardiĢn y, tras asistir a misa, me invitaron a cenar, a hablar a un grupo de universitarios sobre mi viaje y me dejaron un lugar a cubierto donde dormir. De hecho, al diĢa siguiente, dos de esos estudiantes, Leon y Jude me acompanĢƒaron durante 20kms bajo el sol abrasador como dos valientes, detalle que me hizo mucha ilusioĢn y agradeciĢ enormemente. DespueĢs vendriĢan Bidor, Slim River y Kuala Kubu Bharu hasta Kuala Lumpur a traveĢs de la carretera antigua Trunk Road 1, pues siempre atraviesa pequenĢƒos poblados y es maĢs faĢcil proveerse de agua y comida y buscar un lugar donde pernoctar al caer la noche.

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En Kuala Lumpur me esperaba una persona importante: Javier, un espanĢƒol que contactoĢ conmigo hace tiempo, afincado en Malaysia desde hace 20 anĢƒos y gracias al cual mi paso por este paiĢs ha sido un verdadero placer. De hecho, fue eĢl quien me presentoĢ a Vijay en Langkawi. Y quien me cuidoĢ durante mi estancia en la capital estando praĢcticamente a mi disposicioĢn para todo lo que necesitara. Y fue mediante eĢl que el hotel MeliaĢ me ofrecioĢ varias noches gratis. Y mediante quien conociĢ a Rosa, otra espanĢƒola que me acogioĢ varios diĢas en su casa. Y con quien volviĢ a comer una tortilla de patata, una paella, unas alboĢndigas y un vino rioja como dios manda, preparadas por nuestro tambieĢn buen amigo Pedro. Y muchos otros detalles de esos que te hacen sentir afortunado y agradecido con el mundo. Estuve tan a gusto que tuve que cambiar mi billete a Darwin (Australia), pues lo teniĢa el 16 y por mucho que corriera llegaba muy justo. AsiĢ que aprovecheĢ la ocasioĢn para reorganizar mi itinerario y decidiĢ recorrer tambieĢn parte de Indonesia previo salto a Australia: el 24 de marzo volariĢa de Singapur a Jakarta (Java).

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ReanudeĢ la marcha y abandoneĢ Kuala Lumpur, tras una semana parado descansando, en companĢƒiĢa de Rahim, amigo iraniĢ que conociĢ estos diĢas y que quiso acompanĢƒarme hasta Singapur, es decir, lo que restaba de Malaysia. Pusimos rumbo a Malacca, ciudad a la que llegamos tras varios diĢas acampando y caminando unos 35 kms diarios de media bajo el sol abrasador. Sin embargo, a pesar de haber disminuido el ritmo, la falta de costumbre hizo que mi amigo tuviera que abandonar la marcha al llegar a Malacca por culpa de las ampollas. Es maĢs, cuando te salen ampollas tiendes a pisar mal para evitar el dolor, por lo que acaban molestaĢndote tambieĢn los tobillos y las articulaciones. Lo mejor en estos casos es parar, cosa que hizo Rahim. Fue un placer caminar con eĢl, cada persona encierra ensenĢƒanzas, y me demostroĢ ser todo un ejemplo de coraje, no seĢ quejoĢ ni una vez de unas ampollas que a maĢs de uno le habriĢan hecho parar el primer diĢa. Yo me quedeĢ un par de diĢas conociendo la ciudad de Malacca, tambieĢn con gran influencia inglesa, por lo que puedes encontrar iglesias como la de san Javier y casas de estilo colonial.

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Resulta que en este paiĢs he caminado maĢs acompanĢƒado que en ninguĢn otro. AsiĢ pues, una vez marchado Rahim, dio la tremenda casualidad de que estaba esos diĢas por Malacca de nuevo mi amigo ReneĢ de Langkawi. Quedamos en vernos y decidimos que vendriĢa conmigo, esta vez patinando. AsiĢ, yo iba caminando y ReneĢ patinando, curiosa pareja, llegamos en varios diĢas de caminata hasta Johor Bahru, uĢltima poblacioĢn al sur de Malaysia y frontera con Singapur. Durante estos diĢas volvioĢ a llover, cosa que llevaba varios meses sin hacer provocando incendios, que las plantas amarilleasen y que llegaran incluso a cortar el agua en la capital. Es un paiĢs donde llueve mucho y no estaĢn preparados para la falta de agua, es decir, no han construido embalses ni pantanos donde almacenar el agua de lluvia. Sin embargo, estos diĢas volvioĢ a llover con abundancia hacia las 2 del mediodiĢa, con rayos y truenos, obligaĢndonos bien a protegernos, bien a caminar empapados bajo la lluvia.

Llevaba varias semanas tratando de allanar mi entrada en Singapur, pues hay que cruzar un puente que conduce a la isla pero estaĢ soĢlo habilitado para vehiĢculos, no para el traĢnsito de peatones. No recibiĢa noticias buenas por parte de la embajada de EspanĢƒa, donde un tal Ivo estaba tratando de conseguir sendas cartas de las embajadas de Malaysia y Singapur permitiendo mi paso. Yo sabiĢa de buena tinta que varios viajeros habiĢan cruzado ese puente caminando, que incluso hay gente local que lo hace a diario, asiĢ que decidiĢ hablar directamente con la policiĢa de la frontera cuando llegueĢ al lugar y, explicaĢndoles en queĢ consistiĢa mi viaje y ensenĢƒaĢndoles recortes de entrevistas para la prensa, no soĢlo me dejaron pasar de muy buen grado, sino que acabamos hacieĢndonos unas fotos para el recuerdo.

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CruceĢ el puente ya bastante avanzado el diĢa, repleto de coches por cierto, por lo que al otro lado, en Singapur, ya de noche tuve que acabar durmiendo en un parque. Es una ciudad bastante grande y desde el puente hasta el centro hay unos 30 kiloĢmetros. Si le sumamos que ese diĢa ya llevaba 60 caminados, se convertiĢan en 90, distancia que ni me planteeĢ recorrer. Eran ya cerca de la 1 de la madrugada y decidiĢ pasar la noche como un vagabundo. ManĢƒana seriĢa otro diĢa.

Desde entonces, es decir, desde hace 3 diĢas, han venido a verme de nuevo amigos de Kuala Lumpur y estoy ocupado preparando mi paso a Indonesia, en concreto, a las islas de Java y Bali por las que voy a caminar antes de adentrarme en tierras australianas. AdemaĢs, asiĢ le doy tiempo a que se vaya el verano austral, pues el 50% del territorio australiano es deseĢrtico y en verano hace mucho calor.

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Tengo ganas de conocer Indonesia, no teniĢa muy claro si la recorreriĢa (llevo un itinerario abierto en funcioĢn de las circunstancias) y sobre la marcha he decidido aventurarme. Una regioĢn del planeta muy interesante y desconocida por la distancia que nos queda desde EspanĢƒa , pero aprovechando que me encuentro por estas latitudes y que no seĢ cuaĢndo lo volvereĢ a estar, voy a dejarme llevar y perderme en su encanto. Son ya 17 paiĢses caminando, maĢs de 14.000kms y, lo mejor de todo, hace unos diĢas esta Gran Caminata alrededor del mundo cumpliĢa su primer anĢƒo de vida: 21 de marzo de 2013-21 de marzo de 2014. Y la aventura continuĢa…

Nacho Dean

De Singapur a Australia, dos continentes en la mochila

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Ā”Hola mochileros! ĀæQuĆ© tal el verano?, supongo que unos a punto de tomar vacaciones y otros ya de vuelta seguro que con algo de pereza y muchas historias que contar. Mi camino, que no entiende de vacaciones, me lleva a recorrer en estas fechas las tierras de Chile, mi primer paĆ­s en AmĆ©rica, el que ya es mi cuarto continente en esta Gran Caminata alrededor del mundo. Pero vayamos por partesā€¦

El 21 de marzo de 2014, justo en el primer aniversario de la Earth Wide Walk, llegaba a Singapur recorriendo a pie el puente que une este pequeƱo paĆ­s con Malasia. Fue una decisiĆ³n de Ćŗltima hora, pues no tenĆ­a muy claro si recorrer Indonesia o volar directamente a Darwin y continuar mi periplo por Australia. Sin embargo, el hecho de que la mitad del territorio australiano es desĆ©rtico y que en los meses de marzo y abril todavĆ­a hace mucho calor en el hemisferio sur (las estaciones van al revĆ©s que en el hemisferio norte) me aconsejaron recorrer unas islas de Indonesia antes de adentrarme en la tierra de los canguros y los aborĆ­genes.

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AsĆ­ pues, con un visado de un mes llegaba a Jakarta, la capital de Java, y emprendĆ­a la marcha rumbo a Bali. Un volcĆ”n en erupciĆ³n en la isla de Sumatra con el aire cargado de ceniza y polvo fue la razĆ³n por la que dejĆ© esta isla atrĆ”s sin pisar. Indonesia son las indias del este, y esa fue la primera sensaciĆ³n que me invadiĆ³ al pasear por las calles de Jakarta. Mucho trĆ”fico y ruido, pero de un modo mĆ”s suave que cuando estuve en India.

De religiĆ³n musulmana e hindĆŗ, comida barata y rica y afluencia turĆ­stica, fue un verdadero placer poder conocer su cultura y gentes. TransitĆ© por la costa norte de la isla, itinerario mĆ”s corto que el del sur, pegado a la costa pudiendo disfrutar de los pueblos pesqueros y el pescado frito en la parrilla (Akan bakar). Mucho calor, pero la abundante poblaciĆ³n asĆ­ como la frecuencia de tiendas y puestos callejeros para poder tomar un zumo de aguacate hicieron que no fuera excesivamente difĆ­cil la caminata por esta isla. ƚnicamente el siempre presente y molesto trĆ”fico. Es uno de los mayores problemas en Asia, y en el mundo entero, un mundo construido y pensado para los coches, no para los peatones. Reivindico mi derecho a salir a la calle y no tener que respirar el humo de los coches.

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Para pasar de Java a Bali cogĆ­ un ferry en Ketampeng y lleguĆ© a Gilimanusk, directamente cargado en la bodega junto a los coches. Pude contarles acerca de mi viaje a la tripulaciĆ³n del ferry, que no daba crĆ©dito a lo que les estaba contando. Ya en Bali cogĆ­ una carreterita estrecha entre Ć”rboles y me fui adentrando en la isla, pudiendo comprobar la clara influencia del hinduismo en los templos de la isla con esculturas con cabeza de dragĆ³n y los guardianes a la entrada y salida de los puentes.

Recuerdo los chaparrones que caĆ­an a mediodĆ­a, momento en el que corrĆ­as a refugiarte bajo uno de los mĆŗltiples tejadillos que pueblan los bordes de la carretera y en los que te juntabas durante media hora con un grupito de personas, todos a resguardo de la lluvia, mantenĆ­as un poco de conversaciĆ³n y, al rato cuando escampaba, cada uno reanudaba su camino y seguĆ­a por su lado. Cuando me ha caĆ­do alguna lluvia posteriormente me acordaba de esos benditos tejados, inexistentes en Australia, donde no quedaba mĆ”s remedio que mojarse.

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Mucho turismo, sobre todo en la capital, hacĆ­a que pudiera ver australianos, surfistas portando sus tablas en motos y gente de todas partes buscando un destino exĆ³tico y lindo donde relajarse y poder disfrutar de la hospitalidad de sus gentes, la buena comida y los precios baratos. De hecho, parte de los habitantes de las islas colindantes han ido a vivir a Bali por ser una isla mĆ”s abierta social y religiosamente que sus vecinas musulmanas.

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Alcanzaba Denpasar con el tiempo justo, por exigencias del visado, para trabajar un poco en la web, las redes sociales, hacer entrevistas y preparar mi equipaje para pasar, esta vez sĆ­, a Australia.

Nacho Dean

20.000 kilĆ³metros y 19 paĆ­ses en la vuelta al mundo a pie

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Ā”Hola mochileros!, en el uĢltimo texto que os escribiĢ os narraba mi paso por Singapur y las islas de Indonesia: Java y Bali. El 22 de abril, un anĢƒo y un mes despueĢs de haber salido de Madrid, caiĢa en Darwin, al norte de Australia y me plantaba a las puertas del que iba a ser ya mi tercer continente. AtraĢs quedaba Asia, el segundo continente, el que habiĢa sido la prueba de fuego. Nada maĢs llegar al aeropuerto recuerdo que abrieron mi equipaje buscando restos de barro y semillas enganchadas en mi tienda de campanĢƒa, pues son muy estrictos en materia medioambiental y no quieren que se introduzca accidentalmente ninguna especia extranjera que pueda suponer una plaga en su ecosistema. AsiĢ que ya monteĢ el carro y me fui andando hasta Darwin.

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Recuerdo muchos cambios respecto al continente anterior y por el que llevaba ya nueve meses caminando. En primer lugar, silencio y limpieza en las calles, gran contraste con el bullicio y la suciedad de las calles asiaĢticas. Luego, precios muy elevados en contraste tambieĢn con la barata Asia. Y una gente que en principio me parecioĢ maĢs seca y formal en comparacioĢn con la relajada Asia. Tras dos diĢas en Darwin comprando una sim australiana, un mapa del paiĢs, trabajando en la web y las redes sociales y compraĢndome un par de zapatillas nuevas, me puse en marcha el 24 de abril.

TenĆ­a un visado de turista, esto significa que en menos de tres meses estaba obligado a recorrer los mĆ”s de 4.000 kilĆ³metros que distaban de Sidney, por lo que estuve haciendo etapas de 50 kms todos los dĆ­as y sin descanso. En el Northern Territory todavĆ­a hacĆ­a mucho calor en esas fechas, mĆ”s de 40 grados de dĆ­a, con lo que estuve bebiendo 5-6 litros diarios de agua. Unas poblaciones cada vez mĆ”s distanciadas obligaron a tener que llevar encima hasta 75 kgs de peso con agua y comida que debĆ­a racionar para llegar al siguiente asentamiento y poder aprovisionarme de nuevo.

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Conforme iba avanzando hacia el sur iba desapareciendo la vegetaciĆ³n y el calor, pero hizo acto de presencia un viento fuerte en contra que dificultĆ³ mucho mi marcha. A esto hay que sumarle una peligrosa fauna salvaje, desde cocodrilos a serpientes venenosas, dingos y moscas. Fueron varias las noches que tuve dingos aullando alrededor de mi tienda al olor de la comida. A partir de Three Ways desaparece la vegetaciĆ³n y aparecen miles de moscas lo que obliga a caminar con una tela mosquitera alrededor de la cabeza. El espĆ­ritu en la carretera es estupendo pues se sabe que es muy difĆ­cil cruzar Australia incluso en coche. Una vez dejado atrĆ”s el Northern territory me adentrĆ© en la regiĆ³n de Queensland.

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Tras unos primeros cientos de kilĆ³metros tambiĆ©n con poblaciones distanciadas, paulatinamente va decreciendo la distancia, por lo que ya no me serĆ” necesario portar una mochila extra ademĆ”s del carro con agua y comida como anteriormente. Todas las noches dormĆ­ en mi tienda de campaƱa, la verdad que en Australia es sumamente fĆ”cil acampar, lleguĆ© a acampar en el parque de algĆŗn pueblo, es un paĆ­s muy libre y salvaje en ese sentido. Sin embargo alguna tarde no acabas de hacerlo muy confiado al ver
deslizarse entre los arbustos alguna serpiente de extraƱos colores.

Me fui encontrando con muchos viajeros en caravana, en moto y en bicicleta. Sin embargo, sĆ³lo di con un caminante japonĆ©s que iba de Brisbane a Perth. No es un medio de transporte muy frecuentado el caminar solo apto para valientes.

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A travĆ©s de Queensland pude ir viendo canguros, camellos, Ć”guilas, cacatĆŗas, pelĆ­canos y una fauna salvaje muy rica. Es uno de los privilegios de pasar tantas horas a la intemperie, uno se va fundiendo con la naturaleza y es testigo de la vida diaria de los animales, de sol a sol, pues de dĆ­a viven unos mientras que de noche lo hacen otros.

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AdemĆ”s de dingos, pude oĆ­r la berrea de algĆŗn ciervo o, al menos, eso creĆ­ identificar pues la noche que oĆ­ ese sonido fue como el grito de un enajenado en mitad del bosque. Al cabo de dos meses alcancĆ© la regiĆ³n de New South Wales, mucho mĆ”s poblada y ya con la mente puesta en Sidney, ciudad a la que querĆ­a llegar unos dĆ­as antes de que caducara mi visado para preparar el salto a AmĆ©rica y trabajar en la web, pues habĆ­a estado mucho tiempo desaparecido del mapa. La culpa: la falta de cobertura y wifi en prĆ”cticamente todo el territorio australiano, es decir, que comprĆ© una tarjeta sim de la compaƱƭa Telstra (la que opera con mayor cobertura en Australia) prĆ”cticamente para nada, tan sĆ³lo le di uso al final acercĆ”ndome a Sidney.

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RebasĆ© las Blue mountains con una corta pero empinada pendiente en Mt. Victory y, a travĆ©s de una carretera a mĆ”s de mil metros de altitud fui acercĆ”ndome a la costa. Australia es tan sumamente plana que a una ligera ondulaciĆ³n la llaman montaƱa. El 17 de julio alcancĆ© la poblaciĆ³n de Sidney, como todo un explorador, acababa de cruzar caminando, en solitario y en apenas 86 dĆ­as Australia, en toda una demostraciĆ³n de fortaleza y resistencia. Mis amigos Gorka, Wendy y Regina acogerĆ­an al caminante fatigado y me harĆ­an sentir como en casa, paseando por la ciudad y visitando el barrio de Newtown o el Gure Txoko donde me trataron como a un rey.

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Tras apenas tres dƭas en la ciudad, el 21 de julio (justo al aƱo y cuatro meses de salir de
Madrid) volƩ a Santiago de Chile despidiƩndome de Australia, de sus Ɣguilas, estrellas y
canguros, de sus carreteras infinitas, los aborĆ­genes y la soledad, de la escasez de agua,
las moscas y el viento en contra, la aventura libre y salvaje que yo esperaba de este
viaje.

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Son ya tres continentes en mis piernas, cerca de 20.000 kilĆ³metros y 19 paiĢses en la libreta. He rebasado el ecuador del viaje, como quien dice, ya comienza la vuelta a casa. Sin embargo, todaviĢa me queda un mundo por delante, AmeĢrica y AĢĆfrica, un milloĢn de historias, experiencias y aneĢcdotas que ireĢ cada diĢa escribiendo en mi diario y que poco a poco y maĢs adelante os seguireĢ contando.

Seguiremos caminando, paso a paso, luchando por materializar nuestros suenĢƒos. Pues soĢlo atravesar a pie y en solitario Asia, Europa o Australia son retos aislados dignos de admiracioĢn. ImagiĢnense entonces unirlos todos juntos, uno detraĢs de otro a pie, en solitario y sin descanso, haciendo una media de 45 kilĆ³metros diarios, con una alimentacioĢn y un descanso muy justos, atravesando bosques, junglas, desiertos, montanĢƒas y ciudades ya de medio mundo y sin maĢs companĢƒiĢa que la de un simple carro… realmente difiĢcil de imaginar.

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La aventura continuĢa, este canto a la vida y a la libertad sigue surcando vientos y mares con un propoĢsito: trabajar por un mundo maĢs lindo y lanzar un mensaje de amor y respeto por la naturaleza y el planeta Tierra, nuestra hermosa casa y a la que entre todos tenemos que cuidar.

Un abrazo fuerte, sean felices y disfruten en compaƱƭa de los suyos.

Nacho Dean

22 paĆ­ses en la vuelta al mundo caminando

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Hola Mochileros. Os escribo desde Copacabana (Bolivia), una pequeƱa y linda poblaciĆ³n a orillas del lago Titicaca, el lago navegable a mayor altitud del planeta (mĆ”s de 3800 metros sobre el nivel del mar) y a escasos kilĆ³metros de la frontera con PerĆŗ, el que ya serĆ” mi paĆ­s nĆŗmero 22 en esta Gran Caminata alrededor del mundo por la naturaleza y el planeta Tierraā€¦ se dice pronto.

Bien, la Ćŗltima crĆ³nica que os escribĆ­ fue sobre la travesĆ­a libre y salvaje por territorios australianos. El 21 de julio le decĆ­a asĆ­ adiĆ³s a la tierra de los aborĆ­genes, los canguros, las serpientes y las estrellas y ponĆ­a por primera vez mi pie en Santiago de Chile para comenzar el itinerario por el que ya es mi cuarto continente: AmĆ©rica, que voy a recorrer de sur a norte hasta Estados Unidos. A la vista tenĆ­a uno de los retos mĆ”s duros y en el que tenĆ­a puesta la mirada desde que salĆ­ de EspaƱa, atravesar a pie y en solitario el desierto mĆ”s Ć”rido del mundo: el desierto de Atacama.

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Tras descansar apenas cuatro dĆ­as en la capital de Chile, reanudaba la marcha hacia el norte. Unos primeros 700 kilĆ³metros a travĆ©s de la costa y poblaciones como ValparaĆ­so, ViƱa del Mar, Coquimbo, La Serenaā€¦ van entonando al caminante y familiarizĆ”ndolo con este nuevo paĆ­s. Chile es el primer paĆ­s desde que salĆ­ de EspaƱa en el que vuelvo a hablar espaƱol. Sin embargo, manejamos vocabulario diferente y he de aprender nuevas palabras, como las ā€œprietasā€ (morcillas), ā€œpololaā€ (novia), ā€œpoleroneā€ (jersey), ā€œporotosā€ (judĆ­as)ā€¦ el peligroso ā€œterremotoā€, bebida alcohĆ³lica preparada a base de vino blanco y helado de piƱa si no recuerdo mal, y su hermana pequeƱa la ā€œrĆ©plicaā€.

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La nueva moneda (1 euro = 750 pesos chilenos), lo cual no hace que Chile sea un paĆ­s especialmente barato, las posadas de carretera en las que es posible almorzar y los frecuentes temblores de tierra: Chile estĆ” ubicado en zona sĆ­smica, choque de las placas tectĆ³nicas continental y oceĆ”nica, por lo que temblores de grado 4 y 5 en la escala Richter son frecuentes y la poblaciĆ³n los tiene integrados como normales. No es raro ver carteles junto a la costa indicando las vĆ­as de evacuaciĆ³n en caso de tsunami. Un par de noches estaba yo durmiendo en mi tienda de campaƱa, tumbado sobre mi esterilla dentro del saco, y en mitad de la madrugada pude sentir cĆ³mo la tierra se movĆ­a debajo de mĆ­, era como si a la tierra le rugieran las tripas, una sensaciĆ³n difĆ­cil de explicar, sin embargo yo poco podĆ­a hacer pues ya estaba al aire libre en mitad de la intemperie, no tenĆ­a nada de lo que protegerme, asĆ­ que prĆ”cticamente lo integraba en sueƱos y seguĆ­a durmiendo.

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A partir de Vallenar comienza el desierto propiamente dicho, unos 1400 kilĆ³metros que resolvĆ­ alternando tramos por la costa y tramos por el interior. Las principales dificultades a las que me enfrentaba son la fuerte radiaciĆ³n solar (en esta parte del globo la atmĆ³sfera no tiene ozono, a lo que se suma el hecho de que al avanzar desde el sur hacia el norte en el hemisferio sur el sol te pega de frente todo el dĆ­a), las grandes oscilaciones tĆ©rmicas entre el dĆ­a y la noche (que en la zona interior del altiplano pueden oscilar entre los 50Āŗ de dĆ­a y los -25Āŗ de noche), las largas distancias entre poblaciones y, por tanto, entre avituallamientos de agua y comida, y los grandes desniveles (a la ya conocida cordillera de los Andes hay que sumar otra cadena montaƱosa, la cordillera de la Costa que supera los 2000 metros de altitud y obliga a subir largas cuestas de hasta 30 kilĆ³metros). Por la costa hay mĆ”s avituallamientos y bella fauna (pelĆ­canos, cormoranes, lobos marinos, delfines, pingĆ¼inos de Humboldtā€¦) asĆ­ como la temperatura es mĆ”s suave, mientras que por el interior las condiciones son mĆ”s duras y los cielos nocturnos son preciosos. Yo nunca habĆ­a visto unos cielos tan estrellados como en el desierto de Atacama. Muestra de ello son la diversidad de observatorios que hay repartidos por la geografĆ­a chilena, entre los que destaca el del Paranal.

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Gracias a todos los amigos que hice en Chile pude ir parando cada cierto tiempo en poblaciones como Coquimbo, BahĆ­a Inglesa, Taltal, Iquique y Arica y descansar unos dĆ­as de la difĆ­cil tarea de ir atravesando este desierto, asĆ­ como de la fatiga acumulada que traĆ­a de Australia. En Iquique pude disfrutar de las fiestas patrias (las fiestas de la chilenidad, 18 de septiembre, en las que Chile celebra su independencia). En Arica me detuve tres dĆ­as mientras que decidĆ­a quĆ© hacer. TenĆ­a dos opciones, la primera y ā€œfĆ”cilā€, seguir hacia el norte y entrar a PerĆŗ a travĆ©s de Tacna. La segunda, difĆ­cil, desviarme hacia el este y entrar a Bolivia atravesando la cordillera de los Andes por un punto a casi 5000 metros de altitudā€¦ fue la opciĆ³n que escogĆ­. Un nuevo reto por delante y la oportunidad de conocer este rincĆ³n del planeta, asĆ­ como de poder difundir mĆ”s mi mensaje de cuidado de la naturaleza fueron las razones que me impulsaron a tomar esta decisiĆ³n.

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El 29 de septiembre abandonaba Arica y comenzaba la subida hacia el punto ChungarĆ”/Tambo Quemado, casi 200 kilĆ³metros de ascensiĆ³n, no acababa de salir de una y ya estaba metiĆ©ndome en otro gran reto, caminando y en solitario. En apenas un dĆ­a y medio alcanzaba los 3100 metros de altitud en el pueblo de Mallku, donde habita la bonita familia de Alexis y Andrea. Al dĆ­a siguiente, y casi sorprendido por la tormenta, alcanzaba la poblaciĆ³n indĆ­gena aymara de Putre, tras superar los 4000 metros de altitud. Mi cuerpo reaccionaba bien a la altitud, sin embargo, el cielo comenzaba a llenarse de unas sospechosas nubes negras que no me gustaban nada.

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En el hemisferio sur las estaciones van al revĆ©s que en el norte, es decir, de junio a septiembre acĆ” es invierno. Sin embargo, a partir de los 3000 metros de altitud y de noviembre a febrero se da lo que se denomina ā€œinvierno altiplĆ”nicoā€, con lluvias fuertes y constantes. Es por ello que yo decidĆ­ atravesar Bolivia en octubre. Sin embargo, todo parecĆ­a indicar que el invierno altiplĆ”nico se estaba adelantando, y las lluvias a 4000 metros de altura no tienen nada que ver con las de la costa. TenĆ­a la sensaciĆ³n de estar adentrĆ”ndome en la boca del lobo. Pero decidĆ­ seguir adelante en las condiciones que fuera y hacerles frente. AlcancĆ© Chucuyo, a 4400 m.s.n.m el 4 de octubre y dormĆ­ frente a las bellas cumbres nevadas de los volcanes Pomerape y Parinacota. Al dĆ­a siguiente atravesaba el parque natural del Lauca, reserva de la biosfera, y cruzaba la frontera con Bolivia a mĆ”s de 4700 metros de altitud. Tras dos meses y medio recorriendo Chile, superando el desierto de Atacama y la cordillera de los Andes, me adentraba en Bolivia.

Pero eso es otra historia, y os la contarĆ© en la prĆ³xima crĆ³nica.

DespuƩs de 23.500 kms es hora del descanso del guerrero

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Hola mochileros, os escribo desde Lima, capital de PerĆŗ, ciudad a la que lleguĆ© hace ya unos dĆ­as y en la que tengo pensado quedarme unas semanas, puede que incluso las navidades, disfrutando de los amigos, conociendo la ciudad y tomĆ”ndome un merecido descanso, el descanso del guerrero, tras un aƱo y ocho meses caminando, 22 paĆ­ses y 23.500 kilĆ³metros aproximadamente en mis piernas.

La Ćŗltima vez que os escribĆ­ fue desde Copacabana, un lindo pueblito junto al lago Titicaca desde donde os narraba mi travesĆ­a por Chile y el desierto de Atacama. Bien, el pasado 5 de octubre cruzaba la frontera entre Chile y Bolivia a travĆ©s del punto fronterizo ChungarĆ”-Tambo Quemado, situado en la cordillera de los Andes a mĆ”s de 4.800 metros de altitud sobre el nivel del mar, y me adentraba en el altiplano boliviano.

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De Chile a La Paz

Por delante, 300 kilĆ³metros hasta la ciudad de La Paz que resolvĆ­ en seis dĆ­as a buen ritmo.Recuerdo el mal tiempo que hacĆ­a, caminaba con la sensaciĆ³n de estar adentrĆ”ndome en la boca del lobo. En el altiplano, a partir del mes de diciembre y hasta febrero se da el llamado invierno altiplĆ”nico, sin embargo, se estaba adelantando y ya por estas fechas hacĆ­a mal tiempo. Nubes de evoluciĆ³n diurna que, mientras amanecĆ­a despejado, hacĆ­an que con el paso de las horas el cielo se fuera cubriendo de nubes y a mediodĆ­a rompiera a llover con la intensidad y el peligro caracterĆ­stico de la montaƱa, acompaƱado de rayos y granizo. Varios dĆ­as, incluso una noche, tuve que correr a refugiarme en casas de los pastores de llamas y alpacas.

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Los primeros 200 kilĆ³metros apenas tienen poblaciones. Casas de adobe, mujeres con los niƱos colgados de la espalda con una tela de colores, dientes de oro, charki, caldos de res y cordero, el parque natural del volcĆ”n Sajama van quedando atrĆ”sā€¦ Cosapa, Curahuara y Calteca hasta Patacamaya. Y la altitud va dejando de ser un problema mientras mi organismo se va adaptando progresivamente a caminar a mĆ”s de 4000 m.s.n.m. Sin embargo, me cuesta cantar mientras camino, o inflar mi esterilla con la mĆ”xima presiĆ³n cada noche al acabar el dĆ­a para dormir. De ahĆ­, los Ćŗltimos 100 kilĆ³metros por una carretera mĆ”s confluida hasta llegar a la capital.

Por fin La Paz

Recuerdo la sensaciĆ³n al llegar a La Paz. Una enorme cascada de casas, como rĆ­os de ladrillos cayendo por las laderas de las montaƱas hacia el valle donde se asienta la ciudad, y la emociĆ³n de haber llegado hasta allĆ” caminando, con la sola ayuda de mis pies. BajĆ© desde el Alto hasta el centro de la ciudad donde habĆ­a quedado con unos amigos, y me quedĆ© seis dĆ­as en la ciudad descansando, trabajando, haciendo algo de turismo con el que conocĆ­, entre otras cosas, las ruinas de Tihuanaco, y preparando el itinerario que tenĆ­a por delante.

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AbandonĆ© La Paz direcciĆ³n a Patamanta entre el trĆ”fico, pero al dĆ­a siguiente ya cerca de Huatajata el jaleo disminuye y mis ojos posaban la vista por primera vez en el mĆ­tico lago Titicaca. Estaba ilusionado, contento, de estar allĆ­ y ver el lago navegable a mayor altitud del planeta. Lo fui rodeando, y tuve la suerte de conocer a Paulino, un indio aymara fabricante de las famosas balsas kon-tiki hechas de pergamino y totora con las que los indios cruzaron el ocĆ©ano hace cientos de aƱos llegando a las islas del PacĆ­fico.

Al dĆ­a siguiente crucĆ© el estrecho de Tiquina que une como dos hermanos los lagos menor y el mayor del Titicaca rumbo a la poblaciĆ³n de Copacabana que alcancĆ© ya de noche en mitad de una tormenta y corriendo para no ser alcanzado por un rayo. Es la
Ćŗltima poblaciĆ³n ā€œgrandeā€ antes de entrar en PerĆŗ y, tras descansar un dĆ­a, crucĆ© la frontera con el que ya es mi paĆ­s nĆŗmero 22 a travĆ©s del punto Kasani-Yunguyo.

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Cruce de frontera

Las fronteras es mejor cruzarlas a primera hora de la maƱana, asĆ­ tiene uno todo el dĆ­a para alejarse de ellas y adentrarse en el nuevo paĆ­s, y asĆ­ hice tambiĆ©n esta vez. Si bien al pasar de Chile a Bolivia pude percibir un cambio, no fue asĆ­ al pasar de Bolivia a PerĆŗ, paĆ­ses prĆ”cticamente iguales en la zona de la sierra. Poblaciones indĆ­genas donde las mujeres visten con poleras, sombrero y la manta a la espalda para cargar peso o a su hijo, paisaje de montaƱa, caldos de cordero, queso de resā€¦ y un cielo nublado amenazante con lluvia y rayos que hacĆ­a que no supiera quĆ© camino coger. TenĆ­a dos opciones, bien ir hacia Cuzco, o bajar a Arequipa y la costa.

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Una vez en Puno, ya en PerĆŗ, resolvĆ­ ir perdiendo altura rumbo a Arequipa para evitar estas tormentas de montaƱa. Sin embargo, todavĆ­a hay que ascender hasta los 4530 metros de altitud de nuevo en el camino, a la altura de Lagunillas y el Crucero Alto. Atraviesas el parque nacional de Salinas Aguada Blanca, la pampa blanca, y vas bordeando el volcĆ”n Misti hasta llegar a la bella ciudad de Arequipa. Construida con sillares blancos de la ceniza del Misti, la catedral de la plaza de Armas, el monasterio de Santa Catalina y la multitud de iglesias que siembran la arquitectura del centro hacen que la ciudad cobre un atractivo especial.

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PacĆ­fico

El pasado 5 de noviembre alcancĆ© de nuevo la costa del ocĆ©ano PacĆ­fico. El Ćŗltimo lugar en el que lo vi fue en Arica, al norte de Chile, antes de acometer el asalto a los Andes para pasar a Bolivia. Desde CamanĆ” fui ascendiendo hacia el norte junto a la costa pasando por las poblaciones de Atico, Chala, Yauca hasta Nazca. Pude ver algunas de las lĆ­neas de la cultura Nazca desde un mirador que hay junto a la panamericana, y aproximĆ”ndome desde los cerros colindantes.

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ProseguĆ­ por Ica y Pisco atravesando el desierto hasta llegar a Lima el 28 de noviembre, capital de PerĆŗ a la que tenĆ­a muchas ganas de llegar. Desde entonces estoy disfrutando de la ciudad, visitando la plaza de Armas, el cerro de San CristĆ³bal, mirador desde el que se divisa la ciudad, la plaza de San MartĆ­n, el barrio de Barranco, el puerto del Callao y las casas de colores de Chucuito. Probablemente me quede en esta ciudad a pasar las navidades. Las Ćŗltimas las pasĆ© en Bangladesh, paĆ­s musulmĆ”n donde apenas se celebran, con la diferencia de que en el hemisferio sur ahora hace calor, van a ser las primeras navidades en mi vida en verano.

Os mando un abrazo, y os deseo felices fiestas.

Nacho Dean

Nacho Dean cumple su reto: mƔs de tres aƱos dando la vuelta al mundo a pie

Nacho Dean en su vuelta al mundo a pie

Nacho se planteĆ³ el reto de dar la vuelta al mundo a pie en solitario y lo bautizĆ³ como ā€œEarth Wide Walkā€. Lo conocĆ­ semanas antes de emprender su aventura junto a su amiga Paz en un restaurante asiĆ”tico de Madrid. Quedamos para charlar sobre su proyecto, para compartir consejos e ideas de lo que parecĆ­a una aventura imposible que hoy ya podemos decir que se convirtiĆ³ en una realidad patente.

ComenzĆ³ el 21 de marzo de 2013 en el kilĆ³metro 0 de la puerta del Sol de Madrid y durante tres aƱos ha atravesado cuatro continentes: Europa, Asia, OceanĆ­a y AmĆ©rica. Han sido 31 paĆ­ses, 33.000 kilĆ³metros y 12 pares de zapatillas. Con este viaje, Nacho ha sido el primer espaƱol en la historia en dar la vuelta al mundo a pie. Y en Mochileros TV tuvimos el inmerso honor de publicar durante su travesĆ­a estas crĆ³nicas de sus peripecias por el mundo.

Por si dar la vuelta al mundo a pie fuera poco, su viaje ha estado lleno de anĆ©cdotas. Estuvo frente a un rinoceronte en las junglas de Nepal, ha tenido dingos aullando alrededor de su tienda de campaƱa en Australia, presenciĆ³ un atentado terrorista en Bangladesh, le persiguieron con machetes en MĆ©xicoā€¦

Nacho Dean contĆ³ los detalles de su odisea dando la vuelta al mundo a pie el domingo 1 de mayo de 2016 en las IV Jornadas IATI de Grandes Viajes de ā€Ŗā€ŽBarcelonaā€¬ (30 de abril y 1 de Mayo de 2016). ĀæNo pudiste acudir al evento? SuscrĆ­bete al canal de Youtube de Mochileros TV y las puedes ver gratis en diferido. Esta es la Ćŗltima entrevista que hicimos con Nacho Dean.

Nombre, apellidos, profesiĆ³n -conocida šŸ˜‰ a quĆ© dedicas el tiempo cuando no viajas-.

Soy Ignacio Dean. TĆ©cnico en Medio Ambiente. Dar conferencias, practicar deporte, escribir, planear la siguiente aventura…

Nacho Dean vuelta al mundo a pie

ĀæQuĆ© te llevĆ³ a decidir dejar todo atrĆ”s para iniciar tu gran viaje?

Era un sueƱo, mi canto a la vida y la libertad, es un milagro estar vivos y no querƭa dejar pasar la oportunidad de apostar por ello. Un dƭa venimos al mundo y otro nos vamos, creo que el sentido de la vida es luchar por tus sueƱos.

Estuve en un atentado terrorista en Dhaka (Bangladesh), me atracaron en Lima, me intentaron asaltar en El Salvador y MĆ©xico varios tipos armados con machete…

ĀæRecuerdas tu primer viaje?

He viajado toda la vida desde muy pequeƱo, he vivido en mƔs de 40 lugares diferentes, eso hace que viajar para mƭ sea fƔcil y casi una necesidad. Con 4 aƱos me fui de MƔlaga, mi ciudad natal, a vivir a Asturias.

ĀæQuĆ© ha cambiado en tu yo interior despuĆ©s de este gran viaje?

Soy una persona mucho mĆ”s consciente de quiĆ©n soy, del lugar en el que estĆ”, de lo que quiere. Por supuesto, agradecido con la vida y la gente, y con el gran bagaje de un viaje Ćŗnico como esta vuelta al mundo a pie, un tesoro que no aprendes en ninguna universidad.

Nacho Dean vuelta al mundo a pie

5 cosas que nunca faltan en tu mochila.

Agua, cuchillo, cƔmara de fotos, bolƭgrafo y cuaderno.

ĀæEl momento mĆ”s extremo/peligroso/extraƱo/paranormal que hayas vivido en tu gran viaje?

Estuve en un atentado terrorista en Dhaka (Bangladesh), me atracaron en Lima, me intentaron asaltar en El Salvador y MĆ©xico varios tipos armados con machete…

ĀæAlgunos momentos que recuerdes de felicidad extrema? Esos puntos Ć”lgidos de alegrĆ­a en los que uno se dice a sĆ­ mismo: Ā«por momentos asĆ­ merece la pena seguir en el caminoĀ».

Estuve frente a un rinoceronte en las junglas de Nepal a escasos 20 metros, dormir bajo los cielos estrellados en el desierto de Atacama, en las selvas de Ecuador… en general, todos los momentos en conexiĆ³n con la naturaleza.

Nacho Dean vuelta al mundo a pie

ĀæQuĆ© sentimientos/reacciones ha despertado tu viaje en otros viajeros o locales con los que te has cruzado?

AdmiraciĆ³n, incredulidad, asombro, inspiraciĆ³n, envidia (de la sana). Animar a la gente a cuidar la naturaleza y a perseguir sus sueƱos.

Hay un proverbio Ć”rabe que dice: Ā«Quien quiere hacer algo encuentra un medio, quien no quiere hacer nada encuentra una excusaĀ». Es un milagro estar vivo.

Tres personas anĆ³nimas que te hayan marcado en el camino.

Mis amigos Simon (de Siria), Javier (de Malaysia) y Sarah (Suiza).

Una vez uno se embarca en un tipo de vivencia asĆ­ queda infectado por el virus del viajero. ĀæQuĆ© sensaciones has tenido a tu regreso al llegar a los que consideres tu hogar? Āæuno termina convirtiĆ©ndose en nĆ³mada para el resto de su vida?

Al principio un poco triste por ver que mi aventura se terminaba. Sin embargo, luego sĆ³lo te queda un sentimiento de agradecimiento y fortuna por haber completado vivo y de una pieza de un reto de esta envergadura. Feliz y satisfecho, a pesar de que al principio te sientes un poco descolocado al ver que nada ha cambiado en tu paĆ­s.

Nacho Dean vuelta al mundo a pie

Muchos se preguntan… Āæy el amor? ĀæcĆ³mo es la vida sentimental de los viajeros?

En esta aventura, con la guardia alta para no dejarme cazar. Difƭcil es llegar a los sitios, pero a veces es mƔs difƭcil marcharse.

Si eres soltero/a: Āæencontraste a alguien en el camino que te hizo replantearte tu plan de viaje? Āæes posible enamorarse de viaje?

Es posible enamorarse, pero no encontrƩ a nadie que me hiciera replantearme el viaje.

Hay cientos de personas que no se han animado a viajar por multitud de dudas, miedos, inseguridades, presiones familiares, sociales… ĀæQuĆ© les dirĆ­as a esos soƱadores que viendo tu vuelta al mundo a pie piensan que no son capaces de hacerlo o que eres un superhĆ©roe?

Hay un proverbio Ć”rabe que dice Ā«Quien quiere hacer algo encuentra un medio, quien no quiere hacer nada encuentra una excusaĀ». Es un milagro estar vivo, Ā«si hay alguien capaz de hacerlo ese eres tĆŗ, asĆ­ que sal ahĆ­ fuera y demuĆ©stranos de quĆ© estĆ”s hechoĀ».

DATOS CURIOSOS>

Nacho Dean vuelta al mundo a pie

UbicaciĆ³n actual: Madrid (EspaƱa) FIN DE LA EARTHWIDEWALK
Distancia recorrida en la vuelta al mundo a pie: 33.000 kilĆ³metros = 20.625 millas
Tiempo empleado: 3 aƱos (21/3/2013 – 20/03/2016)

PaĆ­ses recorridos: 31 (EspaƱa, Francia, Italia, Eslovenia, Croacia, Serbia, Bulgaria, TurquĆ­a, Georgia, Armenia, IrĆ”n, India, Nepal, Bangladesh, Tailandia, Malaysia, Singapur, Indonesia, Australia, Chile, Bolivia, PerĆŗ, Ecuador, PanamĆ”, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, MĆ©xico, Estados Unidos y Portugal)

Altitud mƔxima: 4800 metros sobre el nivel del mar (cordillera de los Andes).
Temperatura mĆ”xima: 50Āŗ (Australia)
Temperatura mĆ­nima: -13Āŗ (cordillera de los Andes y en Estados Unidos)

DĆ­as seguidos caminando sin descanso: 86 (4100 kms. en Australia)
MĆ”xima distancia en un solo dĆ­a: 85 kilĆ³metros
MƔximo tiempo detenido en un mismo lugar: 57 dƭas en DF (MƩxico)

Litros mƔximos de agua bebidos en un dƭa: 7 (Tailandia, Malaysia, Australia)
Zapatillas gastadas: 12 pares
Cubiertas de las ruedas del carro: 8 traseras y 4 delanteras

Mordeduras de perro: 1 (en Honduras)
Enfermedades: fiebre chikungunya en Chiapas (MĆ©xico)

Nacho Dean vuelta al mundo a pie

Mochileros, Ā”nos vemos en algĆŗn lugar del mundo!

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Iosu LĆ³pez
Videoperiodista, documentalista y aventurero. Entre mayo de 2006 y junio de 2007 realicĆ© uno de los grandes viajes de mi vida: la ruta panamericana. De esta aventura nace el documental ā€œLa costura de AmĆ©ricaā€ que narra este viaje en solitario de 45.000 kilĆ³metros, realizado Ć­ntegramente por tierra y mĆ”s de 11 meses desde Prudhoe Bay (Alaska) hasta BahĆ­a Lapataia en Tierra de Fuego (Argentina). He trabajado como corresponsal de la Agencia EFE en la India y realizado decenas de reportajes sobre turismo, cultura y sociedad para el canal de televisiĆ³n espaƱol Telecinco. En enero de 2014 estuve nominado en los Premios Goya con mi cortometraje documental "La Alfombra Roja" rodado en un slum de India y que lleva acumuladas mĆ”s de 130 selecciones en festivales de cine de todo el mundo. Sigue mis viajes en mi blog de viajes o mis redes sociales: Twitter, Facebook, Instagram y Instagram
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