Son muchos los visitantes y turistas que cada año arriban a Compostela desde partes de todo el mundo. Algunos, los más, lo hacen como peregrinos, cargando sus mochilas de aventuras y llenándolas con toda una experiencia vital. Sin duda, el camino de Santiago es un reto, un desafío que marca a las personas que consiguen completar dicho trayecto. Superar los dolores, las inclemencias meteorológicas y la dureza del camino en sí, son ingredientes indispensables de la receta de superación de uno mismo, que son con certeza, distintivo inconfundible del buen peregrino.
Mientras, no faltará la hermandad de los coetáneos que compartirán muchos kilómetros junto a los incansables mochileros. Historias de amistad que perduren en los años, un montón de fotos que inmortalicen los buenos momentos y la hospitalidad de los lugareños, que marcarán la pauta de una aventura completada sólo cuando la catedral aparezca inmensa ante las sombras atónitas de los exhaustos caminantes.
Y sí, es ahí donde termina el camino del peregrino y comienza el del visitante de Santiago. Y os preguntareis, y una vez ahí, ¿qué se puede hacer?. Quizás, algunos de vosotros desconozcáis los secretos que alberga esta ciudad, en ocasiones misteriosa, escondida bajo la misma silueta de la catedral que la pone en el mapa. Una ciudad silenciosa, condenada a ser punto de llegada, que no muchas veces de estadía. Santiago, hermosa y coqueta, la principal embajadora de una Galicia de la que los peregrinos se enamoran a cada paso que se adentran en ella. Y es que, el camino no acaba en Compostela.
Es por ello, que desde MochilerosTV queremos enseñaros la propia esencia de Compostela, desde un prisma distinto, como si de un picheleiro (antíguo gentilicio con el que se conoce a los habitantes de Santiago) se tratase, dándoos algunas claves de lugares y actividades que cualquier agencia de viajes o tour organizado que se precie pasaría por alto.
Pulpo a la gallega
Después de un esfuerzo semejante, reponer fuerzas es una obligación. Comer bien, típico y sin dejarse el bolsillo es posible. Y claro, una vez en Galicia, comer pulpo a feira es algo que tiene que estar en nuestra lista. Si queremos dejar el glamour a un lado y saborear un delicioso bocado del pulpo más tradicional que se puede probar en la capital gallega, el Bodegón Os Concheiros es nuestro sitio. Allí, uno puede sumergirse en una típica pulpería gallega en Santiago, en donde una estampa cotidiana son los mayores del lugar departiendo vino en mano o echando su característica partida de cartas mientras degustan una ración de pulpiño regados con cualquiera de los caldos de la tierra (Ribeiro, Albariño o el tinto Barrantes).
A Casa das Crechas
Como se suele decir, con la barriga llena, se piensa mejor y en este caso también se escucha mejor. Santiago no es Santiago si uno no se deja imbuir por el sonido de sus gaitas y su música en general. El lugar idóneo para ello no es otro que A Casa das Crechas. Situado en el corazón del casco antiguo, es parada nocturna obligatoria en los días de foliada (noches de música al vivo en donde los músicos se mezclan con la gente creando un ambiente muy especial). A Casa das Crechas es lugar de encuentro, con encanto, en donde en palabras de su dueño, es sobre todo, un lugar donde «compartir experiencias». Por todo ello, su visita y el precio de una bebida en este local está más que justificado.
Hoteliño Costa Vella
Tras tanto trasiego y ajetreo a buen seguro agradecemos perdernos en la tranquilidad de uno de los vergeles escondidos de Santiago. La particularidad, es que este es un bar. El hoteliño Costa Vella es un lugar en donde reponer fuerzas y hacer un alto en el camino. Se trata de un pequeño hotel-cafetería, cuyo principal aliciente es una terraza-jardín situada en plena ciudad en la que, rodeados de naturaleza, podemos por un módico precio, tomar un respiro en compañía de un buen café y hacer acopio de las vivencias en nuestra mente y en nuestro diario de viaje.